Un breve paseo por la Vía del Corso, Vía Frattina y Vía Condotti os permitirá descubrir sus numerosas y lujosas boutiques, y los talleres de los artistas que pueblan esta zona de Roma.
Llegaréis así, satisfechos pero con los bolsillos más vacíos, a la Plaza de España, que se os aparecerá dominada por la magnífica escalinata de mármol travertino de la Trinidad de los Montes y por la homónima Iglesia, mientras que a sus pies podréis refrescaros con el agua de la “Fontana della Barcaccia”, esculpida por Pietro Bernini e hijo, en el año 1.629.
La escalinata, encrucijada de turistas y romanos, modifica su aspecto según la estación del año: durante la primavera aparece adornada con enormes macetas de azaleas de varios colores que ofrecen un aspecto realmente maravilloso; durante el verano el espectáculo continúa con los desfiles de alta moda; y en invierno, sirve de escenario a un bonito pesebre.
A la izquierda de la plaza, recorriendo Via del Babuino llegaréis hasta la majestuosa y sobria Piazza del Popolo: esta enorme área peatonal suele hacer de escenario a numerosos conciertos, eventos culturales y manifestaciones.
Un poco más adelante, una vez traspasada la Porta del Popolo, en el corazón verde de Roma, la famosa “Villa Borghese” os permitirá entreteneros dando paseos en bicicleta, visitando sus museos o teatros y disfrutando de las actividades recreativas para niños que se ofrecen en su vasta área.
Cruzando el Río Tíber se llega a una de las etapas imprescindibles para todas las personas que visitan Roma: Plaza San Pedro, el centro de la cristianidad mundial. Arropada por su magnífica columnata de Bernini, la plaza aparece ennoblecida por la majestuosidad de la Basílica de San Pedro que se asoma sobre ella y da cobijo cada año a millones de peregrinos procedentes de todo el mundo.
Cada domingo a mediodía, una multitud se congrega en esta plaza para asistir al Angelus Domini y recibir la bendición del Papa que se asoma a la ventana de su despacho.
Por supuesto, es impensable irse de Roma sin antes visitar las maravillosas colecciones de arte custodiadas en los Museos Vaticanos.