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Los lugares de Michelangelo

Michelangelo, Daniele da Volterra

Miguel Ángel Buonarroti nació el 6 de marzo de 1475 en Caprese, un pequeño pueblo de la Toscana, hijo del dux Ludovico de Leonardo di Buonarroti Simoni y de Francesca di Neri del Miniato del Sera.

La familia pertenecía a la nobleza florentina, pero estaba en apuros económicos y, al terminar el encargo de Ludovico, regresó a Florencia. Miguel Ángel tenía apenas seis años cuando su madre murió.

En 1488 comenzó como aprendiz en el taller de Domenico Ghirlandaio. Sus extraordinarios dones le permitieron entrar en el Giardino di San Marco y conocer a los humanistas más ilustres de su tiempo en la corte de Lorenzo el Magnífico, que, a pesar del temperamento rebelde del artista, apreció la grandeza de su genio. Además de sus primeras experiencias en la escultura antigua, Miguel Ángel cultivó su pasión poética, animado por literatos y filósofos.

La llegada del ejército de Carlos VIII en 1494 le obligó a huir de la ciudad y a refugiarse en Bolonia, donde completó algunas estatuas para el altar de San Domenico. Durante su primera estancia en Roma (1496-1501), el apoyo del rico banquero Jacopo Galli le permitió conseguir importantes encargos como La Pietà. Miguel Ángel ya era famoso, pero su carácter impetuoso le causó los primeros desacuerdos con sus más ilustres contemporáneos, incluido Leonardo da Vinci.

En marzo de 1505 fue requerido en Roma por Julio II, que le encargó su propio monumento funerario.

Comenzaron unas frecuentes disputas con el pontífice y sus herederos, que terminaron solo en 1545 con la construcción del conjunto, hoy en San Pietro in Vincoli. En mayo de 1508, después de una clamorosa ruptura y reconciliación con Julio II, el artista firmó el contrato para la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, que lo comprometió ininterrumpidamente hasta 1512. Siguió trabajando en importantes obras en Florencia y, de vuelta en Roma entre 1519 y 1520, realizó el Cristo Portacroce para la Basilica di Santa Maria sopra Minerva. En 1534 Miguel Ángel se estableció definitivamente en la ciudad papal, donde en el mismo año, comenzó los largos trabajos para el Juicio Universal en la Capilla Sixtina, que duraron hasta 1541. Entre 1542 y 1550 se dedicó a los frescos de la Capilla Paolina y a diversos proyectos arquitectónicos, como la rea lización del Palazzo Farnese, la disposición del Campidoglio y las obras de la Basílica de San Pedro, por cuya fábrica fue supervisado por Pablo III en 1547. Su gremio espiritual con Vittoria Colonna se remonta a aquellos años e, incluso antes, su amistad con el noble Tommaso de’ Cavalieri, a quien donó sus dibujos.

Miguel Ángel trabajó incansablemente casi hasta los últimos días de su larga vida. El 18 de febrero de 1564, se extinguió en su casa, en la Plaza di Macel de’ Corvi en Roma. La casa se demolió durante las obras de extensión de la Piazza Venezia. Primero fue enterrado en la Basilica dei Santi XII Apostoli y después sepultado en Florencia, en la Basilica di Santa Croce, por voluntad de su sobrino.

Aquí el itinerario completo

 

Piazza San Pietro

Cupola y Basilica di San Pietro
Las larguísimas obras de construcción del edificio actual comenzaron a principios del siglo XVI a instancias de Julio II, que quiso celebrar la grandeza de la iglesia con una nueva basílica. Esta se erigió en el mismo lugar donde, en el siglo IV, se construyó el grandioso edificio pedido por el emperador Costantino. La obra continuó hasta 1626 y fue confiada a numerosas figuras ilustres. Incluido Miguel Ángel, que, por encargo de Pio III, dirigió la fábrica desde 1547 hasta su muerte. En vez de un proyecto global, el artista desarrolló la labor por partes. Sin embargo, su visión de la basílica fue profundamente alterada por Carlo Maderno, que llevó a cabo esta obra majestuosa. Miguel Ángel también diseñó la imponente cúpula de San Pedro, llamada cariñosamente por los romanos “el Cupolone”, uno de los símbolos más identificativos no sólo de la basílica, sino de toda la ciudad. El artista se inspiró, en algunos aspectos, en la cúpula de Santa Maria del Fiore de Brunelleschi en Florencia. Completada por los sucesores de Miguel Ángel, la estructura está compuesta por un casquete de carga interno en mampostería y por otro exterior en planchas de plomo, entre los que serpentea el recurrido que guía hasta lo más alto de la cúpula para disfrutar de la espectacular vista panorámica de Roma. (la visita es de pago. Información: museivaticani.va).

La Pietà en la Basilica di San Pietro
En la primera capilla del pasillo derecho de la basílica, se conserva la Piedad del Vaticano. Gracias a la belleza y a la habilidad técnica de la escultura, Miguel Ángel, que la acometió con apenas veinte años (1498-1499), se convirtió en uno de los artistas más respetados de su tiempo. Los detalles anatómicos y las telas, la naturalidad de los cuerpos y la expresión de los rostros están representados con extraordinaria pericia en el mármol blanco, que el artista eligió personalmente en Carrara. El dolor de María está recogido en la expresión apenada de su joven y hermoso rostro, símbolo de su pureza. Esta es curiosamente la única estatua firmada por Miguel Ángel. Se cuenta que, cuando se atribuyó su obra a otro artista, Buonarotti se enojó y cinceló su nombre en la banda que cruza el busto de la Virgen María.

Musei Vaticani

Cappella Sistina
La capilla, dedicada a la Asunción, se realizó entre 1475 y 1481, en la época de Sixto IV della Rovere, en la planta superior de un núcleo fortificado del Palacio Apostólico Vaticano. Desde su origen es sede de Cónclaves y ceremonias importantes. Para las obras de renovación, por un desprendimiento del terreno, Julio II solicitó a Miguel Ángel la sustitución del cielo estrellado pintado en la bóveda de la capilla. El artista trabajó duramente desde 1508 hasta 1512, suspendido en un andamio de madera que él mismo diseñó, doblado en posiciones incómodas, a menudo solo con la luz débil de una vela, para pintar al fresco la superficie de 500 m2. Escrupuloso y perfeccionista, modificó sobre la marcha algunos particulares o figuras enteras para mejorar el impacto de la perspectiva desde abajo. En tan solo cuatro años, presionado por el pontífice, finalizó los frescos más conocidos y admirados en todo el mundo. El proyecto de renovación de la capilla terminó bajo el papado de Pablo III Farnese, que encargó el fresco de la pared posterior del altar (1536-1541) a Miguel Ángel. En línea con los temas de los otros ciclos, la vasta superficie de 180 m2 está ocupada por el asombroso Juicio Universal. Las casi 400 figuras representadas en movimientos impetuosos generan una visión apocalíptica, probablemente influenciada por la edad avanzada del artista y el periodo histórico (el Saqueo de Roma en 1527). La reforma del Concilio de Trento censuró los recientes y magistrales desnudos de Miguel Ángel, que Daniele da Volterra y otros pintores taparon con drapeados. Ahora, las modernas obras de restauración han devuelto a la mayor parte de los frescos del maestro su aspecto original.

Cappella Paolina
A pocos pasos de la Sixtina, en el corazón de los Palacios Apostólicos, se ubica la Capilla de los Santos Pedro y Pablo o Capilla Paulina, una estancia privada del Pontífice. La Capilla acoge las últimas e impresionantes obras pictóricas creadas por Miguel Ángel. Después del extenuante Juicio Universal, ya cansado y anciano, el artista aceptó decorar la capilla privada para el Papa Pablo III Farnese. Entre 1541 y 1550 realizó dos frescos grandes. En la pared derecha, la Conversión de San Pablo rinde homenaje al nombre del papa y recuerda su función como guardián de la ortodoxia. En la pared izquierda, en cambio, la Crucifixión de San Pedro alude dramáticamente al peso moral del papado, con los grandes ojos de Pedro crucificado que miran a la puerta de entrada del pontífice.

Castel Sant’Angelo

En el lado sur del Cortile d’Onore de Castel Sant'Angelo, se encuentra una elegante ventana de templete, diseñada por Miguel Ángel (1514-16). La obra fue encargada por León X, con motivo de una transformación radical de la fortaleza en una suntuosa residencia papal. La refinada ventana hace fachada a la “chapella nuova” de los Santos Cosme y Damián, protectores de la familia de Medici.

Palazzo Farnese

Construido por voluntad de Alessandro Farnese (futuro Papa Pablo III) para celebrar la grandeza de su familia, el edificio alberga ahora la Embajada de Francia y es uno de los más imponentes y elegantes palacios romanos (visitable con reserva previa: it.ambafrance.org). Los largos trabajos de construcción fueron supervisados por Antonio da Sangallo el Joven, que murió en 1546. El proyecto fue confiado a Miguel Ángel, que transformó el diseño original, introduciendo unos elementos arquitectónicos y decorativos para potenciar el impacto estético general. Buonarroti configuró las dos primeras plantas y añadió la tercera, finalizó el patio interior e insertó la maciza cornisa decorada con los lirios símbolo de Farnese. Creó el balcón central en la fachada y el emblema pontificio coronado por las llaves y la tiara. También proyectó un puente que cruzaba el Tíber y unía el Palacio con la Villa Chigi (Farnesina). De la obra inacabada por sus costes elevados, solo ha quedado la primera parte, el Arco dei Farnesi, en la bellísima Via Giulia.

Basilica di Santa Maria sopra Minerva - Cristo Portacroce

La iglesia dominica edificada sobre una antigua construcción de culto egipcio (Iseum) alberga la estatua del Cristo de la Minerva de Miguel Ángel. Representado de pie, mientras abraza una cruz simbólica más pequeña que su tamaño real, gira la mirada hacia la izquierda. El maestro realiza la torsión del cuerpo con entrega y maestría, rica en detalles anatómicos como siempre. Miguel Ángel creó una primera versión, dejada inacabada por un defecto del mármol, mientras que la estatua actual solo fue esbozada por él mismo en Florencia en 1518 y completada en Roma por sus estudiantes en 1521. El cuerpo de Cristo Redentor, originalmente totalmente desnudo, fue sucesivamente cubierto por un lienzo en bronce dorado, debido a las censuras impuestas por el Concilio de Trento.

Piazza del Campidoglio

El espectacular trazado actual de la plaza, sede de la administración local de Roma, se debe al genio de Miguel Ángel, elegido por Pablo III Farnese para diseñar y recalificar la colina con un proyecto de reorganización que elevara la grandeza de la ciudad. Las obras iniciaron en 1540 y duraron más de un siglo. Cuando Miguel Ángel murió, Giacomo Della Porta, Girolamo y Carlo Rainaldi completaron los trabajos. Buonarrotti replanteó la zona como una obra de arte e intervino no solo en el aspecto general de la plaza, sino también en su función urbana. Cambió su orientación, ya no hacia el Foro Romano, sino hacia la ciudad moderna y diseñó la Cordonata Capitolina que une la colina con la Piazza dell’Ara Coeli. Modificando los planos, Miguel Ángel creó el pórtico del Palazzo dei Conservatori y el doble vuelo de escaleras del Palazzo Senatorio. Incorporando el Palacio Nuevo, consiguió la leve forma trapezoidal del plano del cuadrado. En el centro de la plaza, creó la base de mármol donde se coloca la estatua ecuestre de Marco Aurelio, emblema del poder, cuyo original se conserva en los Museos Capitolinos. También inventó el dinámico dibujo en forma de estrella de doce puntas de la pavimentación, que se hizo, aunque con pequeños cambios del original, solo en 1940, cuando se excavó la galería subterránea que conecta los tres edificios de la plaza.

Basilica di San Pietro in Vincoli - Tumba de Julio II

Dentro de la basílica se encuentra el monumento funerario de Julio II, encargado a Miguel Ángel por el mismo pontífice en 1505. Una obra de génesis compleja que él mismo llamará la “tragedia del entierro”, cuya realización le absorbió durante unos 40 años y le acompañó a través de sus etapas más atormentadas de su experiencia como hombre y artista. El último es el sexto proyecto diseñado por Miguel Ángel, después de años de trabajo y negociaciones con la familia del Papa, fallecido 32 años antes de la conclusión de la obra. El monumento fue realizado en una escala más reducida que la prevista en los proyectos anteriores, pero no deja de ser una extraordinaria obra arquitectónica. Adosado a una pared del brazo derecho del transepto, el conjunto se desarrolla en dos órdenes. En el centro del primer orden se encuentra la más famosa de las estatuas que lo componen, el espléndido Moisés. Las recientes restauraciones han confirmado que después de haber completado la estatua, Miguel Ángel la modificó para crear una prodigiosa torsión, probablemente por imposición de las censuras del Concilio de Trento.

Basilica di Santa Maria Maggiore - Cappella Sforza

Es la segunda capilla del pasillo izquierdo y está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Esta es la última obra arquitectónica diseñada por Miguel Ángel, cuando ya tenía 87 años, pero que él mismo supervisó hasta poco antes de su muerte. El proyecto fue llevado a cabo por Tiberio Calcagni y Giacomo Della Porta. En los dos grandes nichos laterales de la capilla están enterrados los hermanos Guido Ascanio y Alessandro Sforza, los comitentes de esta obra. La concepción del espacio elíptico junto con sus techos de bóvedas claustrales y cúpulas sostenidas por columnas y pilastras hacen de la capilla la obra de vanguardia de la arquitectura barroca.

Basilica di Santa Maria degli Angeli e dei Martiri

La Basílica fue edificada sobre las estructuras de las Termas de Diocleciano, la instalación balnearia más imponente de la ciudad, por voluntad de Pio IV, que realizó un proyecto de intenso significado religioso, ya promovido por sus predecesores. En 1561 el papa encargó a Miguel Ángel la transformación de este grandioso edificio de la antigüedad pagana en un lugar de culto. El artista ha recuperado el tepidarium, las cuatro salas que se abren a sus lados y las que están en el eje transversal, creando un complejo en forma de cruz casi griega con tres entradas, en el que el cuarto brazo se concluye con el presbiterio absidal. El aparato decorativo interior actual de la basílica se debe a intervenciones posteriores, que han llevado a una modificación sustancial.

Porta Pia

La puerta urbana, una de las 18 de las Murallas Aurelianas, debe su nombre a Pio IV De’ Medici, el pontífice que en 1561 encargó a Miguel Ángel rediseñar la antigua Puerta Nomentana. El nuevo acceso debía representar una escenografía imponente para el trazado de la Strada Pia, que, en la nueva planificación de la ciudad, conectara el palacio pontificio de Monte Cavallo (Quirinale) con la basílica Extramuros de Sant’Agnese. El portal externo diseñado por Miguel Ángel ha sido probablemente realizado por Virginio Vespignani, autor, en 1853, de la total renovación del ático. El tramo de muralla cerca de la Porta Pia fue el escenario de la histórica “brecha”, abierta por el ejército italiano en 1870 para conquistar Roma y anexarla al Reino de Italia.

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