Villa Médici - Academia de Francia

Ubicado en la panorámica colina del Pincio, el edificio actual data de mediados del siglo XVI y fue construido según un diseño del arquitecto Giovanni Lippi, conocido como Nanni di Baccio Bigio, encargado por el Cardenal Giovanni Ricci da Montepulciano.

En 1576, la espléndida villa fue comprada por el cardenal Ferdinando de Médici para albergar su colección de obras de arte. Desde principios del siglo XIX ha sido la sede de la Academia de Francia, fundada en 1666 por iniciativa del estadista Jean-Baptiste Colbert y Gian Lorenzo Bernini, para recibir a los ganadores del Prix de Rome y a los becarios protegidos por los grandes nobles franceses.

El estilo sobrio de la fachada exterior contrasta fuertemente con la opulencia de la fachada interior, adornada con guirnaldas, máscaras, estatuas y antiguos bajorrelieves y que se abre con una encantadora logia en los magníficos jardines adornados con esculturas y fuentes e incluso un obelisco. El gran jardín rectangular está dividido en dieciséis parterres cuadrados, rodeado de setos y caracterizado por la presencia de majestuosos pinos. El área verde cubre un total de más de 7 hectáreas y, aún hoy, conserva en gran parte el aspecto del siglo XVI.

Cuando, en 1564, el cardenal Ricci compró la Casina Crescenzi ubicada en el "collis hortulorum", lo más probable es que el sitio consistiera en una simple finca en medio de un terreno plantado en viñedos. Se llevaron a cabo grandes obras de aterrazamientos y se creó un jardín delimitado por muros adyacentes. Gracias a las obras de irrigación de Camillo Agrippa, matemático e ingeniero milanés, el lugar fue adornado con numerosas cuencas y fuentes. Fue Ferdinando de Médici quien completó la obra ya iniciada, cerrando posteriormente la Villa entre las Murallas Aurelianas y vía Pinciana, con la compra del viñedo de Giulio Bosco al sur de la "silva" en 1580. El cardenal creó así un nuevo eje de norte a sur (el paseo largo) conectando el jardín con el Parnaso, una pequeña colina artificial que contenía las ruinas de un antiguo templo.

Los interiores custodian valiosas obras de arte recopiladas a lo largo de los siglos: muebles preciosos, tapices, objetos de arte y diseño, instrumentos musicales, dibujos, grabados, esculturas y una rica colección de moldes y pinturas, incluidos los retratos de 460 becarios de 1798 a 1936. La villa alberga una de las bibliotecas de artes decorativas más grandes de Roma, creada en 1803 por iniciativa de Joseph-Benoît Suvée, director de la Academia de 1795 a 1807. La colección consta de aproximadamente 37.000 volúmenes en francés, dedicados a las artes plásticas, la arquitectura y la historia del arte e incluso textos de música, fotografía, cine y literatura.