Palazzo dei Penitenzieri (Palazzo della Rovere)

El magnífico palacio que actualmente se abre a la moderna Via della Conciliazione representa uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista de Roma. A finales del siglo XV, era la residencia de Domenico della Rovere, un influyente y pudiente cardenal piemontés del círculo más intimo del Papa Sixto IV della Rovere, y comitente de la Capilla de la Natividad de la iglesia de Santa Maria del Popolo. 

El palacio se atribuye generalmente al arquitecto florentino Baccio Pontelli, de quien se dice que lo construyó entre los años 1480 y 1490, tomando como modelo el casi coetáneo Palacio de Venezia. En la fachada, las ventanas en cruz guelfa de la segunda planta llevan el nombre del cardenal, mientras que las rectangulares de los pisos superiores llevan inscrito el lema “Soli Deo”. Más achaparrada que el Palacio de Venecia es la torre cuadrangular del lado izquierdo, cuyo coronamiento es, sin embargo, una restauración reciente. En el muro exterior izquierdo se conservan algunos vetigios de los grafitos del siglo XVI que, según Vasari, cubrían toda la fachada.  

Elogiado y admirado por sus contemporáneos, el palacio fue elegido para acoger el emperador Carlos VIII durante su visita a Roma en 1495 y rivalizó en magnificencia y belleza con las más importantes casas señorales romanas. A mediados del siglo XVII, fue adquirido por los Penitenciarios jesuitas, los religiosos encargados de confesar a los peregrinos en la Basílica Vaticana, que permanecieron aquí durante casi 300 años y de quienes deriva el nombre por el que se conoce el palacio. Hoy es sede de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, que también es su propietaria. 

Un importantísimo ciclo pictórico de Pinturicchio y su escuela puede admirarse aún hoy en las cinco grandes salas del piano nobile (piso noble): la sala del Gran Maestro está decorada con una suntuosa arquitectura pintada que simula una logia abierta, mientras que la sala de los Meses conserva fragmentos de una rara representacíón de los meses relacionada con los mitos de los que proceden los signos del zodiaco. La sala más hermosa, sin embargo, es la sala de los Semidioses, por su extrordinario techo artesonado compuesto por 63 paneles pintados sobre papel y pegados en los lacunarios, en los que el artista representó criaturas mitológicas y animales fantásticos con diversos significados.