Basilica de San Lorenzo en Lucina

San Lorenzo En Lucina es una de las iglesias más antiguas de Roma: nació en los siglos IV-V y fue construida sobre una domus, probablemente propiedad de una matrona romana llamada Lucina, que habría fundado una "ecclesia domestica" en su casa. En cambio, una segunda teoría vincula el nombre de la iglesia a un antiguo templo dedicado a Juno Lucina, la diosa que presidía las fiestas: las mujeres de la antigua Roma sacaban agua "milagrosa" del templo, una tradición confirmada por el descubrimiento de un pozo. (todavía visible en el sótano) y un mosaico intacto, con escalones de mármol blanco y paredes con frescos.

Consagrado como lugar de culto en 440 por el Papa Sixto III, la iglesia fue reconstruida bajo el Papa Pascual II en el siglo XII: fue responsable del hermoso pórtico flanqueado por dos leones de mármol, el ábside medieval escondido por los edificios circundantes y la torre campanario de cinco órdenes, decorada con ventanas de doble parteluz en los últimos tres pisos. En el interior del pórtico hay algunas inscripciones que datan del siglo XII: la más importante recuerda la consagración del Papa Celestino III el 26 de mayo de 1196.

En el siglo XVII la basílica fue renovada radicalmente: se levantó el piso para evitar la inundación del Tíber y las naves laterales de la antigua basílica se transformaron en capillas nobles. En una de las capillas un precioso relicario conserva la parrilla sobre la que San Lorenzo sufrió el martirio ordenado por el emperador Valeriano en 258. Otra capilla que no debe perderse es la diseñada por Gian Lorenzo Bernini en nombre del portugués Gabriele Fonseca, el médico personal de Inocencio X conocido por fomentar el uso de quinina contra la malaria. 

Bernini encargó al pintor Giacinto Gimignani una copia de la famosa Anunciación de Guido Reni del Quirinal para conectarla con el espacio de la capilla a través de un sistema de pequeños ángeles de estuco que conducen a la claraboya de la parte superior. El propio Bernini creó entonces el busto de Gabriele Fonseca que emerge de una ventana falsa, según un típico artificio barroco. En el altar mayor, de Carlo Rainaldi (1675), se coloca el lienzo del "Crucifijo" de Guido Reni.

Bajo la sacristía de la basílica se encontraron los restos del gran reloj de sol construido por Augusto en el 10 a. C.: se utilizó un obelisco egipcio como gnomon, actualmente en la plaza de Montecitorio. Plinio narra que el reloj funcionó mal, quizás debido a que el obelisco se desplazó por un terremoto, tanto que tuvo que ser reparado bajo Domiciano.