Jardín de Sant’Alessio

La Colina del  Aventino conserva un jardín encantador que perteneció al antiguo convento  de la Congregación Somasca en Sant’Alessio all’Aventino, uno de los centros monásticos más importantes de la Roma altomedieval (siglos VII - VIII). El edificio fue cedido por el Consejo Liquidador del Eje Eclesiástico al Ayuntamiento de Roma en 1877, en conformidad con la ley de abolición de los cuerpos eclesiásticos de 1866, y hoy alberga la sede del Instituto Nacional de Estudios Romanos. 

Ubicado entre la Villa Magistral de la Soberana Orden de Malta y la Basilíca de Santa Sabina, este histórico espacio verde es un tradicional jardín paisajístico público de finales del siglo XIX: de planta rectangular, atravesado  por una avenida central rodeada de árboles y plantas, entre pinos y esencias mediteraneas, con parterres herbáceos, y una espléndida terraza con vistas sobre Roma.

En la pared izquierda se apoya la antigua fuente, incorporada en 1937, procedente del Palacio Accorramboni del Renacimiento tardío, derrumbado en ocasión de la histórica demolición de la Spina di Borgo que dio lugar a la actual Via della Conciliazione. Desde la pared, grupos de toba calcárea enmarcan un cuenco ricamente decorado sostenido por un pájaro, de cuyo pico brota un chorro de agua que se vierte en el estanque de abajo. En una cama de flores cercana se encuentra la estatua de Santa Juana de Arco, donada en 1935 por el escultor francés Maxime Real Del Sarte, y colocada en el jardín en 1954, coincidiendo con el año de la muerte del artista.

No se pierdan una visita a la adyacente Basílica de los Santos Bonifacio y Alessio, construida entre los siglos III y IV. La fachada neo-siglo XVI, a la derecha de la cual se encuentra un campanario del siglo XIII, inicia en los grandes y solemnes interiores y en la cripta románica, donde se conservan las reliquias de Santo Thomas Becket, arzobispo de Canterbury. El sugestivo claustro, adornado con columnas de granito de edificios antiguos, también ofrece  una magnífica vista de la Basílica de San Pedro.

Foto: Sovrintendenza Capitolina ai Beni Culturali