Establos del Quirinal

Construido a lo largo de una década, entre 1722 y 1732, el Palacio de los Establos del Quirinal delimita, con el Palacio del Quirinal y el Palacio de la Consulta, el extraordinario espacio urbano en cuyo centro se encuentra la fuente con las estatuas de los Dioscuros y el obelisco encontrado en el siglo XIX cerca del Mausoleo de Augusto. El edificio de los establos está situado cerca del muro que cierra el jardín Colonna y descansa sobre los restos, todavía parcialmente visibles, del grandioso templo romano de Serapis.

La superficie total de los Establos Papales es de aproximadamente 3.000 metros cuadrados, distribuidos en varias plantas. En particular, en el primer y segundo piso grandes espacios de aproximadamente 1500 metros cuadrados constituyen el área de exposición. En la entreplanta se instala una cafetería, mientras que en la planta baja se encuentran los servicios de recepción, la librería, la tienda de regalos y los espacios reservados para las iniciativas que acompañan a las exposiciones.

El primer proyecto de los nuevos establos se debe a Alessandro Specchi, quien, a instancias del Papa Inocencio XIII, recibió el encargo de crear un edificio que sustituyera al sencillo y modesto construido por Carlo Fontana a principios del siglo XVIII. La muerte del Papa interrumpió las obras durante seis años hasta que, en 1730, Clemente XII decidió completar la obra encomendándola a Ferdinando Fuga. Fuga quiso mantener la estructura arquitectónica de su antecesor pero transformó la fachada exterior, elevando el entrepiso, rediseñando la fachada y enriqueciendo los portales centrales. La entrada al edificio, formada por dos escaleras semielípticas, realzadas aún más espectacularmente por Fuga con una elegante balaustrada, fue demolida en 1865 durante las obras de la subida al Monte Cavallo. El edificio de los Establos del Quirinal mantuvo su función original como estable para carruajes y caballos hasta 1938, cuando se convirtió en garaje.

Las imperfectas condiciones del edificio de los Establos Papales y la necesidad de adecuar el espacio a su nueva función hicieron imprescindibles importantes trabajos de restauración. La intervención, diseñada por el arquitecto Gae Aulenti y dirigida por la Superintendencia del patrimonio arquitectónico y medioambiental de Roma, permitió recuperar una obra arquitectónica de extraordinaria posición urbana y valorizar espacios que, por su prestigio y tamaño, constituyen un valor inigualable del espacio de exposición.

La iniciativa que condujo a la restauración completa del edificio se remonta al 20 de febrero de 1997, fecha en la que la Presidencia de la República concedió el uso de los Establos al Ayuntamiento de Roma. El 10 de julio del mismo año, el Ayuntamiento confió el uso y gestión del edificio del siglo XVIII a la Agencia del Jubileo.

Después de dos años y medio de trabajos, el 21 de diciembre de 1999, en presencia del Presidente de la República Carlo Azeglio Ciampi, se inauguró el nuevo recinto expositivo con una exposición de Las cien obras maestras del Hermitage. No sólo un repaso de los grandes maestros, sino también un documento sobre la historia del gusto y el coleccionismo de principios del siglo XX. De hecho, es la primera vez que una selección tan amplia de famosas colecciones rusas emerge del Museo de San Petersburgo. Alrededor de un centenar de pinturas y dibujos de Degas, Monet, Renoir, Cézanne, Gauguin, Rousseau le Douanier, Vlaminck, Derain, Vallotton, Vuillard, Sisley, Pisarro, Matisse y Picasso permanecerán en la Scuderie hasta junio de 2000.

A lo largo de los años, las directrices que vinculan, con la continuidad científica, la elección de las exposiciones y su programación en los Establos, se centran en un programa de difusión del arte italiano clásico y moderno con grandes exposiciones dedicadas a artistas del calibre de Caravaggio, Antonello da Messina, Lorenzo Lotto, Filippino Lippi y Sandro Botticelli, Tintoretto, Tiziano y Rafael, así como sobre la reflexión profunda e innovadora de las relaciones mutuas entre Italia y el gran arte internacional con las dedicadas a Rembrandt, Velázquez, Bernini, Luca Giordano, de Giotto a Malevich.