El Rione XIX - Celio, nacido el año 1921 cuando se dividió el Rione X - Campitelli, lleva el nombre en honor a Celio Vibenna, el general etrusco que, en el siglo VI a.C., junto con su hermano Aulo, conquistó la ciudad de Roma y la eligió como su residencia.
La colina del Celio, por donde se extiende el rione, era antiguamente nombrada "Querquetulano", siendo que estaba toda ella llena de quercíneas. Desde la época republicana, este espacio comenzó a caracterizarse por la presencia de suntuosas villas patricias y por transformarse en la actual área residencial.
Hoy en día, de hecho, el rione alberga muchas casas individuales, hoteles, B&B, restaurantes y bares que lo convierten en una zona animada y acogedora en la que relajarse después de ver el monumento más célebre del mundo: el Anfiteatro Flavio, conocido globalmente como el Colosseo.
Así, en el rione, se sitúa el majestuoso Anfiteatro Flavio, emblema de la grandiosidad de Roma, con una historia inolvidable de esplendor y admiración que se prolonga en el tiempo por más de dos mil años, el Arco de Constantino, el principal entre los tres arcos de triunfo existentes en Roma, realizado en el año 315 d.C. y que celebra la victoria del emperador Constantino contra Majencio en la batalla del Puente Milvio, las Casas romanas del Caelio, el sorprendente bloque arqueológico que cuenta una historia que supera los cuatro siglos y que atestigua el pasaje y la convivencia entre el paganismo y el cristianismo, la Basílica de Santi Quattro Coronati, una fortaleza auténticamente medieval en el centro de Roma y también uno de los testimonios más interesantes de la historia, el arte y la espiritualidad de la capital, la Villa Celimontana, un encantador parque con jardines ornamentados con antiguas estatuas, fuentes y naranjos agrios,el obelisco egipcio de Ramsés II, la Fontana Navicella, que toma su nombre de una antigua galera romana de la que es una representación en miniatura, la Porta San Sebastiano, la mayor y más bien preservada puerta de las Mura Aureliane de donde sale la regina viarum, vía Appia Antica.
El Coliseo, que fue proyectado y construido con la intención de ser un ejemplo para el poder imperial, era el escenario de las competiciones, los encuentros entre gladiadores (munera), los ejercicios de caza sobre animales fieros y exóticos (venationes) y los combates navales (naumachie). Tiene una longitud de 189 metros, una amplitud de 156 metros y una profundidad de más de 48 metros, y cuenta un área de 24.000 metros cuadrados que puede contener más de 50.000 espectadores. La arena contaba sobre 76 metros por 46. En sus mazmorras, que servían para organizar los espectáculos, se ocultaba una sofisticada instalación escénica. El hombre y la máquina interactuaban al unísono para que todo funcionase a la perfección: distintas escotillas se desplegaban para que los hombres y las bestias aparecían por sorpresa, y se elevaban gracias a 28 elevadores de madera y cuerdas, empleando un intrincado mecanismo de cables.
El Colosseo se construyó justo encima del gran lago que ornamentaba los frondosos jardines de la Domus Aurea, la soberbia villa del emperador Nerón, con la intención de anular su imagen.
Límites: vía de San Giovanni in Laterano, piazza del Colosseo, vía de San Gregorio, piazza del Circo Massimo, vía del Valle delle Camene, vía de Porta San Sebastiano, viale delle Mura Latine, viale Metronio, vía della Navicella, vía de Santo Stefano Rotondo.
El escudo del rione reproduce el contorno de un africano con un tocado con la forma de la cabeza de un elefante, con espigas doradas, y sobre un fondo argénteo. La imagen puede remontarse a los legionarios del cónsul Escipión Africano, que acamparon aquí. Un busto de un "africano" descubierto en la zona, y que se conserva en los Museos Capitolinos, consolida esta hipótesis.