El paseo del Janículo, desde el cual se puede disfrutar de una de las vistas más espectaculares del centro histórico de Roma, consta de dos grandes avenidas arboladas por plátanos que bordean la Villa Aurelia y se juntan en la plaza Garibaldi. La ruta continúa por un único camino que desciende en curvas pronunciadas hacia la iglesia de Sant’Onofrio, del siglo XV, a lo largo de una prolongación de la Passeggiata que se construyó en 1939.
La zona, escenario de los heroicos acontecimientos de la lucha por la República Romana en 1849, fue transformada en 1883 por las nuevas instituciones italianas en un paseo público y dedicada a la memoria en Defensa de Roma.
En los bordes de las avenidas se encuentran 84 bustos de los ilustres voluntarios de Garibaldi que lucharon por la defensa de Roma en 1849. Entre los monumentos principales destacan la estatua ecuestre de Emilio Gallori dedicada a Giuseppe Garibaldi y el monumento ecuestre a Anita Garibaldi ejecutado por Mario Rutelli en los años treinta del siglo XX y el faro donado a la ciudad por los italianos de Argentina con motivo del cincuentenario de la unidad de Italia y conmoración de Roma Capitale.
Desde 1904, bajo el Belvedere del Janículo, todos los días a las doce en punto, tres soldados cargan un obús de fogueo y realizan un tiro. La tradición del disparo de cañón se remonta a Pío IX quien, para evitar confusiones de horario, instituyó este servicio en 1846. Antes de llegar al Janículo, el cañón disparó desde las torres de Castel Sant’Angelo y luego desde Monte Mario.
Fuera de las murallas del Janículo se encuentra Monteverde, un barrio residencial rico de chalés señoriales y elegantes palacios en el que se puede pasear agradablemente.
Museo de la República Romana y de la Memoria de Garibaldi
Fontanone del Gianicolo (Mostra dell'Acqua Paola)
El Jardín Botánico
Iglesia de Sant'Onofrio al Gianicolo
Un faro en el corazón de Roma
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