Iglesia de Sant'Onofrio al Gianicolo

La iglesia que se encuentra en lo alto de la subida de Sant'Onofrio, un camino empinado y panorámico abierto ya en 1446 precisamente para permitir el acceso de los fieles, fue construida a partir de 1439 sobre la ermita fundada dos décadas antes por Nicola da Forca Palena y dedicada El santo vivió durante unos sesenta años como ermitaño en el desierto. Su aspecto actual, sin embargo, se debe a las intervenciones que se produjeron hasta finales del siglo XVI.

La iglesia está precedida por un cementerio cubierto de hierba, cerrado a ambos lados por un pequeño pórtico renacentista decorado a principios del siglo XVII por Domenichino y, a la derecha, por la capilla de la Virgen del Rosario del siglo XVII, cuya fachada barroca está adornada con las Sibilas atribuidas a Agostino Tassi o a Giovanni Baglioni. La fuente en el centro del cementerio fue construida con elementos de la fuente destruida en Piazza Giudia, luego reemplazada por copias cuando esta última fue recompuesta en Piazza delle Cinque Scole. En la pared junto al portal de entrada de la iglesia también se puede admirar la lápida de Nicola da Forca Palena, obra de un artista toscano anónimo en la que la influencia de Donatello es claramente visible.

De aspecto renacentista con referencias góticas, la iglesia tiene una sola nave con bóveda de crucería y cinco capillas laterales. Su interior se ha enriquecido con el tiempo con grandes maestros: cabe destacar el retablo con la Virgen de Loreto atribuido a Agostino Carracci, la Anunciación de Antoniazzo Romano y los frescos del ábside, realizados según diseño de Pinturicchio y Baldassarre Peruzzi.

Adosado a la iglesia se encuentra el convento con un espléndido claustro del siglo XV, quizás la parte más antigua del conjunto, en cuyo pórtico se encuentran una serie de lunetos pintados al fresco con motivo del jubileo de 1600 con historias de San Onofrio del Cavalier d'Arpino y escuela. La memoria de Torquato Tasso está indisolublemente ligada al lugar: desde el claustro se accede a las habitaciones donde se alojó el gran poeta y escritor, que acabó aquí su vida el 25 de abril de 1595, tras llegar a Roma con la promesa de Clemente VIII de coronarlo poeta. El pequeño museo dedicado a él recoge manuscritos y ediciones antiguas de sus obras, su máscara funeraria y la lápida que dominaba el lugar de enterramiento original antes de la construcción del monumento colocado en la iglesia en el siglo XIX.