Al lado de la Puerta Mágica en los jardines de la Piazza Vittorio Emanuele II - la que daba paso a la desaparecida Villa Palombara- se conservan las ruinas del impresionante Ninfeo de Alejandro Severo, una construcción de ladrillo que el emperador erigió en el año 226 d.C.
El monumento es el último que queda entre los quince ninfeos monumentales romanos; se situaba inicialmente en la confluencia de la Vía Labicana y la Vía Tiburtina, sobre el punto más alto del Esquilino. La fuente era muy grandiosa, y estaba alimentada por el brazo de un conducto de agua que sólo se podía relacionar con las obras hídricas de Claudia, Giulia o Anio Novus y que funcionaba con un castillo para transportar el agua a las partes más bajas de la ciudad.
La construcción es conocida desde la Edad Media como los "Trofeos de Mario", gracias a la presencia de los dos trofeos de mármol que erróneamente fueron atribuidos a las conquistas de Cayo Mario y que ornamentaron el monumento hasta el año 1590, en el que el Papa Sixto V decidió trasladarlos a la balaustrada de la Cordonata del Campidoglio. Las esculturas se relacionan, al menos según algunas fuentes, a las batallas de Domiciano contra los Catti y los Dacios en el año 89 d.C.
La Fuente se desarrollaba escénicamente sobre tres niveles con distintos espacios y conductos que aún son visibles hoy en día. Contaba una gran cantidad de cuencas, nichos, estatuas y complejos escultóricos, y estaba totalmente recubierta de placas de mármol. El tercer piso presentaba una fachada con un gran nicho central, con dos arcos abiertos; una cuenca recolectaba el agua que bajaba de arriba y la dirigía a los pisos inferiores, desde donde se distribuía. El edificio estaba adornado con estatuas y una cuadriga.
Plaza Vittorio Emanuele II
The heart of the multi-ethnic Esquilino district
La Puerta mágica
Jardines Nicola Calipari en Piazza Vittorio
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