Santuario Pontificio de la Escalera Santa

En las cercanías de la Basílica de San Juan de Letrán, este Santuario hospeda el Sancta Sanctorum, la capilla de los Papas dónde se adora la efigie del Santo Salvador, y la Escalera Santa que, por una antigua tradición cristiana, el año 326 se trasladó desde Jerusalén a Roma por el pretorio de Pilatos siguiendo los deseos de Santa Elena, emperatriz y madre de Constantino.

Una tradición según la cual los 28 peldaños de la escalera serían precisamente los que subió Jesús muchas veces en el día que lo condenaron a muerte en el Palacio de Poncio Pilato. Por eso la denominación Scala Pilati o Scala Sancta.

La escalera en un primer momento se ubicaba en el Patriarchium, la antigua residencia de los Papas, situada en el complejo de los Palacios Lateranenses. En el año 1589, el Papa Sixto V Peretti ordenó que se trasladase en el espacio actual y hizo que el el arquitecto Domenico Fontana realizase la instalación de cuatro tramos de escaleras, disponiendo en el medio la Escalera Santa.

Como acto de penitencia por evocar la pasión de Cristo y beneficiarse de la indulgencia plenaria de los pecados, es costumbre que cada viernes de Cuaresma se suban,orando, los peldaños de la Escalera Santa de pie sobre las rodillas.

Sobre el último peldaño de la Escalera Santa, y protegido mediante una imponente enrejada, hay el antiquísimo oratorio reservado de los Papas, hasta por lo menos el Renacimiento: la Capilla de San Lorenzo in Palatio, denominada Sancta Sanctorum porque en ella se custodian numerosas reliquias de los Santos.

La hermosísima capilla ha sido enriquecida y ennoblecida con el tiempo gracias a los diversos Pontífices, y en particular a Niccolò III que hizo realizar los magnificos frescos de la escuela romana del siglo XIII, la elaboración del mosaico situado en lo alto del altar y el precioso suelo cosmatesco.

La imagen del Santísimo Salvador Acheropita, que aparece sentado en un trono con la mano derecha bendiciendo y el rollo del Evangelio en la izquierda, se encuentra en la pared detrás del altar. El símbolo, con una historia que cuenta milenios, constituye uno de los más venerados y adorados por los devotos de Roma y de todo el mundo.

En la parte inferior del altar papal se esconde el arca con el tesoro y las reliquias del Sancta Sanctorum.