Obelisco Quirinale

Similar al Obelisco Esquilino, situado en la plaza del mismo nombre - de granito, de unos 15 metros de altura y sin inscripciones - sufrió la misma suerte. Fue trasladado junto con él a Roma para adornar el Mausoleo de Augusto.

Descubierto, junto con el otro, por primera vez alrededor de 1520, bajo el pontificado de Leone X, a diferencia de su gemelo, que permaneció expuesto durante unos 70 años junto a una vía pública antes de ser colocado en la Piazza dell'Esquilino, esto fue pronto enterrado de nuevo. Fue redescubierto a mediados del siglo XVI por Monseñor Francesco Soderini, quien se había convertido en propietario de la zona y estaba autorizado por el Papa para realizar excavaciones. Pero fue enterrado de nuevo y permaneció así durante unos 150 años; finalmente, su recuerdo se perdió.

El último hallazgo se produjo por casualidad en 1781, durante las obras de cimentación de los edificios cercanos. Poco después, el papa Pio VI ordenó su reinstalación entre las esculturas de los Dioscuros - copias romanas de los siglos II-III d. C. de originales griegos del siglo V a. C. - en la plaza del Quirinal, una decisión que inicialmente no fue bien recibida por los ciudadanos.

Todo el proyecto de restauración y elevación, encomendado al arquitecto Antinori, duró aproximadamente cinco años. La base tuvo que ser reconstruida por completo, ya que la original había sido destruida. Los trabajos de renovación también incluyeron la rotación de las dos composiciones que representan a los Dioscuros, lo cual, al igual que con el diseño de Antinori, no se logró al primer intento, lo que provocó una oleada de comentarios ingeniosos sobre el arquitecto.

El último elemento añadido, en 1818, fue la fuente compuesta por la pila de granito que, originalmente en Campo Vaccino, Giacomo Della Porta había colocado en el Foro Romano a finales del siglo XVI.