Hipogeo de los Octavos

Todo un barrio moderno del norte de Roma toma su nombre de este antiguo sepulcro gentilicio, descubierto en los años veinte del siglo XX a lo largo de la Via Trionfale, durante la  construcción de algunos pequeños chalés. Es el hipogeo hoy en la Via della Stazione di Ottavia, uno de los monumentos arqueológicos más interesantes de las afueras de la ciudad.

La tumba se remonta a los primeros años del siglo III d.C., época en la que había varias villas rústicas en la zona, y su carácter definitorio refleja la posición social del propietario, Octavius Félix, que está enterrado aquí junto con su hija Octavia Paulina con otros dos miembros de la familia. El hipogeo acogió primero a la “encantadora” y “amadísima” hija de Octavio, que falleció a los seis años. Octavia Paulina fue enterrada en un sepulcro, cuyo ataúd estaba decorado con escenas de competiciones entre niños.

El mundo de los niños también insipiró el fresco del arcosolio, poblado por niños empeñados en jugar y recoger rosas gigantes cerca de Hermés, el dios de los muertos.

Otros restos de dos mujeres se colocaron en los nichos laterales de la tumba, dentro de refinados sarcófagos decorados con escenas marinas, una alusión al viaje al más allá. Octavius Félix fue enterrado en el centro de la sala subterránea, en un sencillo sarcófago con una inscripción con su nombre y el del liberto que le dio sepultura. El suyo es el único sarcófago que aún se conserva en el hipogeo; el de Paulina se encuentra ahora en Milán, en una colección privada; uno de los dos sarcófagos con escenas marinas se halla en el Museo Nazionale Romano del Palazzo Massimo, mientras que el otro está en un pasillo del Ministerio de Educación.

Foto: Simona Sansonetti - soprintendenzaspecialeroma.it