Iglesia de los Santi Quaranta Martiri e San Pasquale Baylon

Se encuentra escénicamente colocada en la esquina de un desvío de la larga calle de Trastevere que termina, a cierta distancia, con la fachada de la más conocida iglesia de San Francesco a Ripa, y se remonta al menos al siglo XII aunque en realidad,  durante parte de  su larga vida, la iglesia estaba dedicada únicamente a los Cuarenta Mártires de Sebaste, los cuarenta soldados cristianos de la Legio XII Fulminata arrestados por su fe y condenados a permanecer, en pleno invierno, en un pantano congelado. También sede de diversas congregaciones religiosas, en 1736 pasó en manos de los Padri Minori Scalzi di San Pietro d’Alcantara (Padres Menores Descalzos de San Pedro de Alcantara), quienes en los años siguientes reconstruyeron inmediatamente la iglesia, con convento contiguo, confiando el proyecto a Giuseppe Sardi, un conocido arquitecto de principios del siglo XVIII autor, por ejemplo, de la fachada de Santa Maddalena.

Con su reconstrucción, la iglesia también fue consagrada a San Pascual Baylon, monje y místico español de la misma orden de los frailes menores. Dotado de ciencia infusa y patrón de las obras eucarísticas, el santo también fue popularmente considerado como el protector de los cocineros y de los pasteleros, tal vez porque, según una leyenda, fue el inventor del zabaione, el licor elaborado con huevos y vino marsalato (como el vino de Marsala) llamado inicialmente “San Bayon” en honor al santo. Tal vez solo en virtud de una asonancia con su apellido, en Roma y en el sur de Italia el santo era invocado entonces, en rima, por las mujeres solteras en busca de marido con una nota oración: “San Pascual Baylonne, protector de las mujeres, Dios mío, encontradme un esposo, blanco rojo o colorido, como Vos: pero tal y cual, al glorioso San Pascual”. Por eso, el edificio religioso también era conocido en Roma como la “iglesia de las solteronas”…  

La fachada, sencilla y elegante, de estilo rococó, está unida al edificio conventual adyacente por una hermosa cornisa marcaplantas. Ambos ordenes de la fachada están separados por una larga inscripción en latino que recuerda la nueva dedicación de la iglesia. El portal central está rematado por el escudo de Felipe V, que puso la iglesia bajo el poder de la corona española, mientras que el orden superior está dominado por un gran ovalo con retrato de San Pascual. El interior, precedido por un vestíbulo, tiene una sola nave con tres capillas a cada lado, en la que se reutilizan varios elementos arquitectónicos y decorativos que parecen proceder de Borromini. En el altar mayor se encuentra el “Martirio de los Cuarenta Mártires” de Arturo Tosi, mientras que en la cúpula se halla el hermoso fresco de la “Gloria de San Pascual” de Matteo Pannaria.