“[…] vine a Monte Cavallo con Tischbein. La plaza frente al palacio tiene algo
absolutamente particular, tan irregularcomo hermoso y grandioso.
Finalmente veo a los dos colosos. Ni el ojo ni la mente humana son
suficientes para captarlos”, 3 de de noviembre de 1786, J.W. Goethe
Decoro de una de las plazas más representativas de la ciudad, la fuente se llama también de "los Dioscuri”, los dos gemelos de la mitología griega y romana Cástor y Polux, hijos de Zeus y Leda, representados en el acto de retener sus caballos, según un esquema iconográfico raro que ya aparecía en la edad severiana, es decir, del siglo III d.C. Las dos colosales estatuas, de más de 5 metros de altura, probablemente provenientes del antiguo Templo de Serapis, construido por Caracalla y posteriormente reutilizados para adornar los Baños de Constantino que ocupaban las laderas de la colina del Quirinal. Gracias a su imponencia, se salvaron del destino tocado a muchas otras obras romanas (el entierro, la destrucción o el desplazamiento) y representaron el elemento más destacado de la colina que, por su presencia, comenzó pronto a llamarse Monte Cavallo.
Entre 1469 y 1470, el Papa Pablo II hizo realizar una primera restauración parcial de los dos grupos escultóricos, orientados originalmente hacia el edificio ahora ocupado por el Palacio della Consulta y dispuestos paralelamente. Pero es en el siglo siguiente con el Papa Sixto V que las esculturas, insertadas en el programa de ampliación y embellecimiento de la plaza, fueron objeto de una restauración completa y trasladadas a los lados de un cuenco de mármol adornadas con los escudos de armas del papa, para constituir un fondo escenográfico de la Strada Pia, la actual XX Settembre, que conducía a la Porta Pia de Miguel Ángel. El proyecto fue confiado a Domenico Fontana, que desplazó los Dioscuri girándolos hacia el Palacio del Quirinal y alineándolos a poca distancia el uno del otro.
Sin embargo, en 1782, el Papa Pío VI comisionó al arquitecto Carlo Antinori la completa reorganización de la plaza: los Dioscuri fueron rotados y separados en dos bloques distintos a los lados del obelisco traído del Mausoleo de Augusto, mientras que la fuente de Papa Sixto V fue desmantelada para ser reemplazada por un cuenco de granito proveniente del Foro Romano. La obra de Antinori resultó más complicada de lo esperado y el arquitecto fue objeto de burlas astutas, incluso por parte Pasquino que comentó que el obelisco no podía ser erigido por un arquitecto cuyo apellido en anagramas resultaba “Non tirai” (“No tiré”).
Los trabajos fueron interrumpidos a causa de los acontecimientos napoleónicos y retomados en 1816, cuando el Papa Pio VII comisionó Raffaelle Stern (el noto arquitecto y creador del Brazo Nuevo del Museo Chiaramonti en el Vaticano y de la restauración del Coliseo) para completar la obra. El gran cuenco del Foro Romano, desenterrado y restaurado por Carlo Fea, fue en fin añadido a la obra en 1818, sostenido por su antiguo pedestal en el centro de un cuenco bajo de mármol blanco. De la anterior fuente de Sixto V construida por Domenico Fontana ya no hay rastros; probablemente fue destruida durante las intervenciones de Antinori.
Plaza y Palacio del Quirinale
Las Estatuas Hablantes
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