Columbarios de via Taranto (también conocida como via Pescara)

Las dos tumbas se desarrollan en una zona atravesada por la Via Latina y la Via Labicana, una zona agrícola caracterizada por la presencia del acueducto de Claudio.
Ambos descubiertos por casualidad en 1932, son edificios de modestas dimensiones, de una sola habitación, con fachada a dos aguas, bóveda de cañón, muros de travertino y suelo de tierra. Los nichos en los que se situaban las urnas cinerarias -de cuyo parecido con los refugios para palomas deriva el término "columbario"- son limitados en número en ambos casos.
El Primer Columbario, que data de una época comprendida entre finales del siglo I d.C. y las primeras décadas del siglo II, está construido en opus reticulatum con frescos bien conservados, que representan ánforas doradas de las que, desde arriba, cuelgan festones atados con vendas, de los que cuelgan cuernos y címbalos. La bóveda está decorada con cuadrados con una ramita de rosa con flores en el centro, mientras que en las esquinas hay sarmientos y ramas de granado.

El Segundo Columbario puede fecharse alrededor del siglo II d.C. Falta la losa sepulcral colocada como de costumbre encima de la entrada, pero los testimonios epigráficos demuestran que la tumba pertenecía a una familia de origen griego. En las paredes hay diez pequeños nichos; en la pared del fondo hay una hornacina de mayor tamaño con un ábside que debió albergar una urna, quizás de mármol: la pila está decorada con una concha y en el fondo está representada la diosa Tyche, es decir, la Fortuna, una figura femenina con el símbolo de la rueda. Debajo de la hornacina hay un relieve que representa a un niño a caballo que, sosteniendo las riendas, avanza hacia un árbol con ramas cortadas, alrededor del cual se enrosca una serpiente; Debajo hay una inscripción dedicatoria en griego que conmemora al niño muerto Venerian, invocado como deidad tutelar que intercede por los vivos ante los dioses. Además de ésta, se conservan otras cuatro inscripciones rayadas en el yeso.
En la bóveda del Columbario, decorada con hexágonos y círculos alternados, está pintada en el centro una figura femenina velada que simboliza el alma del difunto. En los hexágonos, sin embargo, hay un gorrión sobre un fondo rojo sobre una ramita en flor, y en los círculos hay figuras de Eros y Psique sobre un fondo azul, que están vinculadas al mito de la unión del alma con la divinidad. Dentro de la tumba también se encontraron tres entierros de inhumación.