Antiguamente conocida como San Girolamo degli Illirici o degli Schiavoni, hoy es la iglesia nacional de los croatas residentes en Roma y se levanta al lado de la iglesia de San Rocco all’Augusteo, muy cerca del Ara Pacis, en el área próxima al Tíber que mudó sustancialmente su aspecto desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, pasando por la destrucción del puerto de Ripetta y las intervenciones para delimitar el Mausoleo de Augusto.
Es una zona donde se estableció, desde el siglo XIV, una colonia de ciudadanos croatas, denominados en ese momento Ilirios o Schiavoni (una variante de la palabra "eslavos"): organizados en una cofradía, obtuvieron del Papa Nicolás V la pequeña y ruinosa iglesia de Santa Marina, con permiso para reconstruirla y consagrarla a su protector, San Girolamo, entre los Padres más instruidos de la Iglesia de Occidente, originario de Stridone, en la moderna Croacia.
Además de la iglesia, la hermandad croata construyó un hospicio y un albergue para los peregrinos croatas y los refugiados que huían de las regiones ocupadas por los turcos. Un siglo más tarde, Sixto V mandó construir desde cero una gran iglesia dedicada a la nación iliria, que le era muy querida, adornándola así con una preciosa decoración pictórica y un espléndido mobiliario, y encomendando su edificación al arquitecto Martino Longhi el Viejo.
También de Martino Longhi el Viejo es la maravillosa portada del Renacimiento tardío, realizada en su totalidad en travertino y decorada en los frisos y entre los capiteles de los órdenes con festones y los símbolos del Papa: cabezas de león, peras, montes y estrellas. Como consecuencia de la remodelación del plano de la carretera en el siglo XIX, desafortunadamente, todo el exterior ha cambiado y ha disminuido el impulso original generado por la extensa escalera existente En su interior hay una sola nave y tres capillas a cada lado, y una cúpula falsa realizada por Andrea Lilli (o Lilio), considerado entre los mayores representantes del manierismo tardío romano, autor además de los frescos del presbiterio, realizados junto con otros artistas, incluido Antonio Viviani.
Fuente de Clemente XIV o de la Botticella
El Mausoleo de Augusto
El Tiber
Según la leyenda, la historia de Roma comienza aquí
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