“Roma città arqueologica” es un gran parque urbano al aire libre donde se puede revivir la época de los Emperadores y los Cónsules, de los sacerdotes y de los ciudadanos.
Nuestro itinerario por una Ciudad Eterna suspendida entre la historia y la leyenda empieza en las Termas de Caracala, una extraordinaria muestra de la grandiosidad que, según los emperadores, se adecuaba a su pode. Inauguradas en el año 217 d.C. por Antonino Caracala, de quien tomaron el nombre, podían acoger hasta 1.600 personas en piscinas de agua caliente y fría y estaban dotadas con todas las comodidades...¡incluso mejores que los más sofisticados centros de belleza y salud de nuestros días!
Si os acompaña un buen día de sol, podéis acercaros dando un paseo hasta la Villa Celimontana, una estructuras renacimental ubicada en el Parque del Celio.
El descubrimiento de la ciudad arqueológica nos llevará hasta el gran palacio construido por Nerón tras el incendio que devastó Roma en el año 64 d.C.: se trata de la Domus Aurea.
Y, por supuesto, es imprescindible una visita al símbolo de la Ciudad, el Coliseo, una colosal edificación considerada desde siempre indestructible. De hecho, los romanos están convencidos de que “hasta que dure el Coliseo, Roma durará”. Cabe destacar que desde hace ya algunos años, el Coliseo se ilumina cada vez que se suspende una pena capital.