Pasear por las antiguas ruinas de la ciudad y perderse por sus pintorescas callejuelas es sin duda una experiencia inolvidable. Roma ofrece unas vistas espectaculares, cada cual con su peculiaridad, unos miradores para disfrutar de una espléndida vista y desde los cuales se puede admirar la magnificencia de la ciudad desde una perspectiva privilegiada.
Descubramos las terrazas y los miradores para contemplar la capital, desde sus puntos más altos, para jugar a localizar los monumentos más conocidos, emocionarse ante las maravillosas puestas de sol romanas, abrazar con un solo vistazo todo el centro histórico y más allá, y alcanzar con la mirada los vecinos Castelli Romani.
EL PINCIO
Desde aquí en la espléndida Terraza del parque, una parte de la Villa Borghese, se puede apreciar una de las vistas más bellas del mundo y una puesta de sol realmente sugestiva. Es imposible permanecer indiferente ante un panorama que incluye gran parte del centro histórico de Roma: la subyacente Plaza del Popolo, la Cúpula de San Pedro, Castel Sant’Angelo, el Monumento a Vittorio Emanuele II, las arquitecturas del siglo XVI de los antiguos palacios y, a lo lejos, el monumento ecuestre de Garibaldi sobre el Janículo.
EL JANÍCULO
Desde esta colina, situada en la orilla derecha del Tíber, cerca de la estatua de Garibaldi, se pueden admirar las fascinantes vistas del centro histórico. Se trata de uno de los paseos y uno de los puntos panorámicos favoritos de los romanos, desde donde el perfil de la ciudad se muestra como una sugestiva sucesión de tejados, cupulas y monumentos.
LAS TERRAZAS DEL VICTORIANO
Desde la Terraza de las Cuadrigas, en la cima del Complejo del Victoriano, se puede disfrutar de un panorama realmente impresionante. Dos ascensores panorámicos permiten llegar al punto más alto del edificio, desde el cual se contempla Roma a 360°. La vista va desde la majestuosidad del Coliseo y de los Foros Imperiales hasta las iglesias del centro histórico, desde el río Tíber hasta el antiguo Gueto, desde la Plaza del Capitolio hasta el Quirinal y desde el moderno barrio EUR hasta los característicos Castillos Romanos.
EL JARDÍN DE LOS NARANJOS
En la cima de una de las colinas más elegantes de Roma, el Aventino, entre las murallas medievales de la antigua fortaleza de la familia Savelli, surge el encantador Parque Savello (también llamado Jardín de los Naranjos). Este es un pequeño jardín rectangular, que toma su nombre de los árboles que fueron plantados en recuerdo de San Domingo. Es uno de los lugares más románticos, preferido por los enamorados, desde donde se puede disfrutar de una esplendida vista sobre Roma, que va desde el recodo del Tíber, incluyendo el Rione Trastevere y la Isla Tiberina, hasta la Basílica de San Pedro, para llegar a la colina del Janículo y Monte Mario.
LA CÚPULA DE SAN PEDRO
Hay que subir 537 escalones de la larga subida en espiral, la llamada "caracol de San Andrés", para alcanzar la panorámica galería externa de la Cúpula de San Pedro, diseñada por Miguel Ángel. Desde aquí, podrán disfrutar de un impresionante espectáculo a vista de pájaro sobre Roma. La ciudad eterna está a vuestros pies: los monumentos, las villas, los jardines, el Tíber, y más allá, los Colinas Albani y el mar.
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