El Puente de la Industria, originalmente llamado Ponte San Paolo por su proximidad a la Basilíca en la Via Ostiense, fue inaugurado en el año 1863 en la Roma papal, en presencia de Pío IX, el último papa que residió en el Quirinal. Diseñado por el ingeniero Barthélémy, se utilizó como puente ferroviario para la línea Civitavecchia-Termini hasta 1911, cuando fue reemplazado por el adyacente puente de mampostería y se hizo transitable, con pequeñas aceras a los lados para el transito de peatones. En aquel tiempo, su nombre fue cambiado a “Ponte dell’Industria”, debido a la industrialización de la zona de las orillas del Tíber, o del Puerto Fluvial.
La estructura original de hierro y fundición descansaba sobre cuatro pilones y la parte central era móvil para permitir el paso de los barcos de mástil, un elemento sin dudas innovador en la época. Sus diversos componentes fueron fabricados en Inglaterra y ensamblados in situ por una empresa belga. Por su monumental estructura metálica, el puente es conocido comúnmente como “Puente de hierro”: su estilo industrial lo sitúa en un panorama único para la ciudad de Roma, junto a la imponente estructura del Gazometro y a todas las demás plantas industriales “antiguas”.
Desde 2003, un piedra conmemorativa recuerda la matanza nazi-facista de diez mujeres el 7 de abril de 1944, en represalia por el asalto al horno de Tesei.
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