Fuente del Navegante

Obra del cantero tesino Filippo Bai, la Fontana del Navigante se colocó como adorno del hemiciclo que domina el Puerto de Ripetta, punto de acceso fundamental a la ciudad encargado por el Papa Clemente XI Albani (1700-1721) y construido en 1704 sobre la base de un diseño de Alessandro Specchi con la colaboración de Carlo Fontana.

La fuente, de estilo barroco tardío, fue construida con travertino obtenido de algunos arcos del Coliseo que se derrumbaron tras el terremoto del 3 de febrero de 1703. Consistía en una pila ovalada en cuyo interior había un acantilado con una concha. A cada lado, dos delfines entrelazaban sus colas. En lo alto de las rocas, tres montañas, coronadas por una estrella, el trimontium, recordaban el emblema de Clemente XI. A mediados del siglo XVIII se añadió una linterna de hierro forjado en la parte más alta de la fuente, para facilitar el desembarco de las embarcaciones por la noche, como si de un pequeño faro se tratara.

Después de la destrucción del puerto de Ripetta en 1902, tras las obras de renovación del Lungotevere, la fuente fue desmantelada y sus piezas almacenadas en los almacenes del gobernador. Fue reconstruida en 1928, aproximadamente en su ubicación original, aunque no del todo fiel a la antigua fuente. Las obras finalizaron en 1930.