Palacio del Viminale

Este edificio monumental fue concebido por el estadista Giovanni Giolitti, por entonces jefe del Gobierno, como el centro neurálgico del Ejecutivo, que vio la carga de presidente del Consejo de Ministros y la del Ministro de Interior concentradas en la misma persona.

En 1911, por decreto ministerial, Giolitti confió al arquitecto Manfredo Manfredi el proyecto del palacio que debía levantarse, según el deseo del estadista, en la colina del Viminale, no muy lejos del Quirinale y del Parlamento. 

El diseño implicó años de trabajo durante los cuales se elaboraron numerosos proyectos, cada uno de los cuales presentaba cambios relacionados con la ubicación de los edificios y la elección de los materiales utilizados, principalmente por motivos económicos. 

El 15 de octubre de 1912, el Ministerio de Obras Públicas aprobó el proyecto definitivo por un gasto total de 8 millones de liras. El 23 de octubre del mismo año, el Consejo de Estado también dio su visto bueno. El palacio fue inaugurado el 9 de julio de 1925, pero la gran Escalera de honor, solo parcialmente terminada y sin las decoraciones previstas, se completó posteriormente. 

Para realizar el enorme complejo, el arquitecto Manfredi se inspiró principalmente en las formas arquitectónicas del clasicismo grecorromano, adaptándolas, en cambio, al gusto y a la sensibilidad de la época, fusionando las características arquitectónicas de la Roma de los Cesares con el gusto sólido y monumental del periodo.  

El Palacio del Viminale está constituido por esplendidas fachadas a las que corresponden los amplios espacios de los patios unidos por una compleja y eficiente red de pasajes de comunicación cubiertos. El edifico, que se eleva en cinco plantas, se compone de centenares de habitaciones que dan lugar a una serie de itinerarios cruzados y de recorridos de honor que animan a toda la estructura.  

En la zona monumental del palacio, se encuentran el imponente ingreso con tres arcos, el vestíbulo y los elementos de conexión entre este y el Palazzo degli Uffici, los amplios triforios y los refinados balcones de esquina. También cabe destacar la gran escalera de honor del Palazzo degli Uffici, el salón del Consejo de ministros y el vestíbulo de la gran escalera de la planta principal con decoraciones de madera fina, mármoles y estucos y elegantes incrustaciones de cristal.

Las obras de acondicionamiento de la plaza frente al palacio no se terminaron hasta abril de 1931, también por obra del arquitecto Manfredi que se regodeó con las decoraciones; los parapetos de la escalera, por ejemplo, se decoraron con volutas gigantescas y la cuenca central rodeada de barandas, las farolas se construyeron como columnas decoradas y los candelabros con cestas estilizadas de acanto.

Foto: Ministerio del Interior