Si nos fijamos en los topónimos de la zona, hay muchos que hacen referencia a la sal. Busca en el mapa, por ejemplo, la Via dei Monti del Sale, o Via delle Saline. En realidad, esta zona de Ostia Antica denominada las Salinas de Ostia debe su nombre a la presencia en el pasado de una enorme salina. Fue muy importante en época romana, abastecía a Roma en la época de la monarquía, siendo la sal la remuneración con que se pagaba el sueldo de los soldados de las legiones romanas. De ahí el término salario, es decir la remuneración que un trabajador recibe por sus servicios.
La sal extraída de las Salinas de Ostia era de óptima calidad. El Tíber, con su acción de depósito de los detritos, alejaba progresivamente las salinas del mar, por lo que el abastecimiento de aguas marinas necesitaba continuas obras de prolongación y de desagüe de la fosa séptica. El área de las salinas vivió su máximo esplendor en la alta Edad Media junto al desarrollo de la población del burgo de Ostia Antica.
Durante este período, Ostia, unida al núcleo del burgo, estaba ubicada en un punto estratégico para el control de las personas y de las mercancías que se dirigían a Roma siguiendo el curso del Tíber. Además de desempeñar la función de defensa de la desembocadura, era el mayor centro de recogida del valioso recurso de la sal.
A esta actividad se le une la construcción de varios edificios renacentistas, entre ellos el Casone del Sale que ahora está englobado en las Ruinas de Ostia Antica (sede del Museo de Ostia Antica). Todos estos edificios, aunque en momentos diferentes, estaban destinados a refugio de mercancías y de personas. En concreto, el Casone del Sale, tras el cambio de ruta del río Tíber en 1557, se destinó a depósito de sal.
Para conocer todos los servicios de accesibilidad, visite la sección Roma accesible.