La catacumbas de los Santos Marcellino y Pietro

Las catacumbas de lo Santos Marcellino y Pietro se encuentran en una zona atravesada por la antigua vía Labicana, la actual vía Casilina.
El complejo arqueológico, conocido por las fuentes como "ad duas lauros", incluye también la basílica dedicada a los dos santos, el Mausoleo de Elena y la necrópolis de los "Equites Singulares", es decir, de la guardia personal del emperador.

Datables entre los siglos III y V d.C., las catacumbas fueron excavadas durante la persecución de Diocleciano. Entre las más grandes presentes en Roma, se articulan en cuatro niveles y se extienden por más de 18.000 metros cuadrados y se ha calculado que llegaron a albergar hasta 15.000 entierros.

El sepulcro de los mártires Marcelino y Pedro, constituido inicialmente por dos sencillos mantos, en el siglo IV d.C. fue adornado con decoraciones de mármol monumentales por voluntad del papa Dámaso.

El pontífice Onorio I, durante el siglo VII d.C., hizo edificar una pequeña basílica subterránea, luego ampliada por el Papa Adriano I en el siglo siguiente.

Entre los frescos presentes en las catacumbas, algunos representan escenas de banquete en memoria de los difuntos, otras historias tomadas del Antiguo y del Nuevo Testamento, como la escena del coloquio de Cristo con la Samaritana en el pozo o la representación de la Epifanía con dos Magos

San Pedro y San Marcelino aparecen representados en uno de los frescos más famosos del arte cristiana, es decir, el del Cubículo de los Santos Eponimi. En el techo del cubículo está representado Cristo en trono vestido de túnica purpúrea flanqueado por las letras alfa y el omega y por los Santos Pedro y Pablo.

 Foto: sitio oficial de las Catacumbas de los Santos Marcellino y Pietro