Iglesia de Sant'Ivo dei Bretoni

Una iglesia bretona en Roma

Destino de peregrinaciones desde la antigüedad, Roma siempre ha sido en cierto modo una ciudad multicultural, con una presencia muy fuerte de extranjeros de todo el mundo que tenían sus propios lugares de culto, hospitales y diversos tipos de servicios sanitarios. La comunidad francesa ciertamente no fue una excepción, como lo demuestra el gran número de iglesias católicas francófonas repartidas por toda la ciudad: San Luigi dei Francesi, la iglesia de la Trinità dei Monti, San Nicola dei Lorenesi, Santi Claudio e Andrea dei Borgognoni y, de hecho, Saint Yves des Bretons – San Ivo de los Bretones, dedicado a Yves Hélory, el presbítero francés proclamado santo por el Papa Clemente VI en 1347 y patrón de Bretaña y de los abogados.

De la hermandad romana de marmolistas a la de Sant'Ivo dei Brittoni

Hoy rodeado de edificios modernos que sólo dejan visible la fachada, Sant'Ivo fue fundado en 1455, es decir, casi un siglo antes de que el ducado de Bretaña pasara a formar parte del dominio de los Reyes de Francia, gracias a los buenos oficios del Cardenal Alain. de Coëtivy, perteneciente a una noble familia bretona. Para sus compatriotas residentes en Roma, el cardenal había obtenido del Papa Nicolás V la cesión de una antigua iglesia en ruinas, la medieval Sant'Andrea de Mortarariis (o de Marmorariis), llamada así por su conexión con la hermandad romana de los trabajadores del mármol. Además de cambiar su advocación, la comunidad bretona restauró radicalmente el edificio y añadió, como era costumbre, un hospicio y un hospital para los peregrinos que llegaban a la ciudad. En 1582 la hermandad de Sant'Ivo dei Brittoni a la que se había confiado la institución se fusionó con la de San Luigi dei Francesi, pero la iglesia mantuvo intactaa la referencia a Bretaña, a pesar de entrar formalmente en el grupo de iglesias nacionales francesas.

El nuevo Sant’Ivo 

Sin embargo, en su forma actual, la pequeña iglesia se remonta a finales del siglo XIX: abandonada desde 1826, cuando el Papa León XII abolió su título parroquial, y periódicamente inundada por las crecidas del Tíber, la estructura original fue demolida en 1875 y luego reconstruida en una escala más pequeña y en una ubicación ligeramente diferente. El proyecto fue confiado a Luca Carimini, que se inspiró en la arquitectura renacentista y utilizó para la fachada piedra serena, una piedra arenisca gris típica de muchos monumentos florentinos: un material bastante oscuro y sujeto a un rápido deterioro, hasta el punto de que fue necesario numerosos intervenciones de restauración a lo largo de los años. Sin embargo, el medallón exterior de mayólica de Luca della Robbia, perteneciente a la iglesia derribada y rematado estilísticamente con las figuras de Sant'Ivo y San Bernardo, contribuye a dar un toque de color a la fachada. El interior de la iglesia, completamente restaurado en 2012-2013 con el apoyo del Consejo Regional de Bretaña y la Fundación del Patrimonio, está ricamente decorado en estilo neorrenacentista, con suelos y incrustaciones en las paredes de imitación cosmatesca.

La fiesta de Sant'Ivo en Roma

En el interior de la iglesia, una pequeña estatua de madera de estilo medieval representa al santo sosteniendo una bolsa con dinero: sacerdote y abogado nacido en 1252 en una familia adinerada, Yves Hélory de Kermartin era famoso por sus donaciones caritativas y por su gran atención hacia los pobres débiles, a quienes defendió a menudo en los tribunales. Su reputación de santidad se extendió rápidamente más allá de las fronteras de Bretaña: en Roma, por ejemplo, la maravillosa iglesia de Sant'Ivo alla Sapienza, obra maestra barroca de Borromini, también está dedicada al santo. Cada año, el 19 de mayo, día de su muerte, tiene lugar una impresionante conmemoración en la catedral de su ciudad natal en Bretaña pero la fiesta del santo también se celebra con gran pompa en la pequeña iglesia de San Ivo de los Bretones, con una misa. Ceremonia solemne a la que asisten habitualmente el embajador de Francia ante la Santa Sede, el administrador de los Pieux Etablissements de la France à Rome et à Lorette, los rectores de las iglesias francesas y un cierto número de eclesiásticos y laicos. presente en Roma.
 

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