Iglesia de los Santi Vincenzo y Anastasio en la Fontana di Trevi

La iglesia fue descrita por Giuseppe Gioacchino Belli en uno de sus sonetos y con su habitual ironía , como "un museo de corate y sciorcelli", es decir, de vísceras ,este es sólamente uno de los apelativos que la iglesia ha recibido en su historia.  Localizada sobre una de las plazas más reconocidas del mundo, en la que se erige la Fuente de Trevi, no suele recibir la debida atención por los muchos turistas que la recorren. Y esto es un error, ya que la iglesia merece la debida atención y  tiene muchos motivos de interés.

 La iglesia, que durante la Edad Media llevaba el nombre de "Sant'Anastasio de Trivio" (trivium, del que se dice que deriva el topónimo Trevi, indica un cruce de tres calles), estuvo dedicada inicialmente sólo al mártir persa Anastasio, al que más adelante se unió el santo español Vicente. Una vez que la iglesia fue reconstruida en su totalidad a mediados del siglo XVII por Martino Longhi el Joven, por encargo del influyente Cardenal Mazarino, que era entonces el Primer Ministro del muy joven rey francés Luis XIV. El encargado del edificio no iba a pasar inadvertido, lo que se evidencia en el gran escudo de la fachada culminado por un sombrero cardenalicio con cuatro ángeles en el interior del triple frontón, y en la visible inscripción descriptiva ubicada a mitad de los dos órdenes de la portada.

Lo que más impresiona de la iglesia es su fachada de piedra de travertino, de una riqueza y un impacto espectacular netamente barrocos. Así, con sus 18 columnas, diez en el cuerpo inferior y ocho en el superior, todas separadas del fondo, el edificio se ha ganado otro apelativo popular, el de " cañizo ". No es todo: el entablamento del segundo nivel está apoyado sobre dos extravagantes figuras de mujeres con el pecho descubierto, una figura poco habitual para un espacio sagrado. Resulta también inusual, si no más, el busto de una joven mujer  que se encuentra sobre la puerta de ingreso, la cual representaría por tradición una de las sobrinas de Mazarino, que en la corte francesa eran denominadas les Mazarinettes”. Algunos creen que se refiere a María Mancini, que fue amada por Luis XIV y casada con el príncipe Lorenzo Onofrio Colonna, del que se separó para huir hacia Francia. Para otros, es la sobrina predilecta Ortensia, seductora y poco convencional, también con un matrimonio desastroso a sus espaldas y protagonista de un gran número de escándalos derivados de sus aventureras relaciones sentimentales.

Hasta 1876, la iglesia también era conocida como la "Parroquia Pontificia" por su proximidad con el Palacio del Quirinal, que era la residencia papal en aquella época. A la muerte de un pontífice, se trasladaban discretamente a esta iglesia, en contenedores protegidos, los así llamados "precordi", los órganos internos extraídos del difunto antes del ritual de embalsamamiento. La tradición fue inaugurada por Sixto V y persistió por casi tres siglos, hasta la aparición de León XIII en el año 1903. Aún hoy, en una capilla subterránea bajo el altar mayor, que no puede visitarse; es donde se preservan los restos de 22 pontífices: los ciudadanos los denominaron impúdicamente “entrañas sagradas” y, según el colorido lenguaje romano, San Vincenzo y San Anastasio se transformaron en la " iglesia delle frattaje ", es decir,"de las entrañas" " li pormoni, er core, er fédigo, la mirza e le budella ", como decía Belli. En efecto, el poeta residió casi veinte años en el adyacente Palacio Poli y declamó sus versos " secretos " en el salón literario de la princesa rusa Zenaide Wolkonskij, sepultada en el mismo edificio con su esposo y su hermana.

En cambio, el sepulcro del pintor y grabador romano Bartolomeo Pinelli, célebre especialmente porque mostraba las usanzas del pueblo romano, resulta inexistente: aquí fue sepultado el artista, desprovisto de lápida y placa, el año 1835. En 1927, la intensa investigación sobre sus restos resultó sin éxito, y algunos sostenían que el cuerpo fue arrojado después del entierro: como anticlerical y condenado sólo por ignorar el ayuno pascual, Pinelli se consideraba inapropiado para yacer al lado de los restos "frattaje" de los Papas. Pero el Instituto de Estudios Romanos decidió erigir una placa en su memoria.