La zona del Borgo de Ostia Antica fue ocupada en la época imperial por necrópolis; la basílica se erigió en el siglo V en el sitio de la tumba de la mártir Santa Áurea. Se restauró en los siglos siguientes y en el siglo IX se convirtió en el núcleo en que se desarrolló el Borgo, que el Papa Gregorio IV ordenó construir para preservar a los pocos habitantes de la zona de las incursiones sarracenas. El primer emplazamiento, protegido por murallas, recibió el nombre de su fundador: Gregoriopoli.
La importancia estratégica de la zona para el control del tráfico fluvial y la presencia de las salinas, cuyo monopolio estaba en manos de la Curia, hicieron que en el siglo XV el Papa Martín V mandara construir una torre circular rodeada de un foso para vigilar el Tíber. El crecimiento del Borgo se atribuye al cardenal Guillermo d'Estouteville, que fue obispo de Ostia desde 1461 hasta 1483, el cual restauró las defensas y elevó las exigencias de los habitantes con la edificación de tres hileras de casas adosadas que aún hoy son habitadas.
Las desbordamientos que enel año 1557 modificaron el río Tíber y la progresiva proliferación de los pantanos provocaron la degradación del castillo y el consiguiente desuso del Borgo. En el siglo XIX, el castillo albergó a los prisioneros obligados a realizar trabajos forzados, y con ellos Pío VII y Pío IX empezaron las primeras excavaciones arqueológicas en Ostia Antica.
Parque Arqueológico de Ostia Antica
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