Domus Faustae en Laterano

En 1959, durante la construcción de la nueva sede del INPS, salieron a la luz los restos de un complejo arqueológico cuyas estructuras se remontan a tres fases constructivas diferentes, a lo largo de un período que va del siglo I al IV d.C.

Las estructuras más antiguas, de opus reticulata, han producido elegantes frescos que en algunos casos recuerdan la decoración de las villas vesuvianas. Los restos más importantes, sin embargo, consisten en un gran corredor, del cual fue posible excavar un tramo de aproximadamente 27 metros de largo, con grandes ventanales quizás abiertos a un jardín y un ciclo de frescos, fechados en el siglo IV d.C., que representan caracteres de mayor tamaño que la vida (un llamado megalógrafo). El corredor remata en un extremo en una exedra, también con ventanas, con un pedestal ovalado en el centro. Una reconstrucción hipotética del conjunto monumental sitúa la exedra en el centro de un pórtico, que se extendía a lo largo de 60 metros: la conformación del terreno y el posterior descubrimiento de un ninfeo en la intersección con Via dei Laterani, sin embargo, sugieren una estructura más pequeña.

Según algunos estudiosos, los restos más antiguos pertenecen a las domus de los Pisones y de los Lateranos, las ricas casas de Calpurnio Pisón y Plaucio de Letrán, protagonistas de la conspiración antineroniana del 65 d.C., expropiadas durante el reinado de Nerón. En el siglo IV las dos casas se habrían incorporado a la Domus Faustae, es decir, la residencia de Flavia Maxima Fausta, esposa del emperador Constantino y hermana de Majencio. Esta teoría se ve respaldada por la interpretación de los personajes representados en los frescos del pasillo como miembros de la familia imperial Constantiniana.

Además de estar bastante dañados y faltar cabezas, los frescos no tienen ningún atributo que permita establecer si se trata de miembros de la familia imperial o más bien de divinidades. Su datación también es incierta y varía entre los primeros años del siglo IV y el segundo cuarto del mismo siglo. Lo único cierto, por tanto, es que estamos ante los restos de una casa tardoantigua de alto nivel, con una decoración decididamente lujosa.