Inaugurada en 1935 con la presencia del rey Vittorio Emanuele III, la construcción de la Ciudad Universitaria se había iniciado sólo tres años antes, cuando se confió a Marcello Piacientini el proyecto de instituir “una ciudad dentro de la ciudad”, uniendo las numerosas facultades de la histórica universidad de la ciudad, fundada en 1303 por el papa Bonifacio VIII en un lugar único, moderno y funcional.
El equipo coordinado por Piacientini incluyó a arquitectos jóvenes y profesionales de prestigio, incluidos los defensores de la arquitectura racional Giuseppe Pagano y Giovanni Michelucci y los llamados académicos Gaetanos Rapisardi y Arnaldo Foschini. El compromiso estilístico entre soluciones racionalistas y monumentalismo académico dio lugar a un conjunto equilibrado y extraordinariamente sobrio que aún hoy mantiene su calidad, a pesar de las posteriores modificaciones y modernizaciones. Debido a la distribución funcional de los volúmenes, la ausencia de decoraciones innecesarias y el uso de tecnología avanzada, el complejo se considera el mejor implementado en Roma durante el período fascista.
La entrada principal se encuentra en Piazzale Aldo Moro (antes Piazzale delle Scienze): un ingreso monumental, marcado por los altos y solemnes propileos de Arnaldo Foschini, conduce a una amplia avenida arbolada bordeada por los edificios de la facultad. Al fondo, destaca la enorme estatua de bronce de la diosa romana Minerva, uno de los símbolos de la universidad, colocada sobre un pedestal en un gran charco de agua. Detrás, el imponente Palacio del Rectorado realizado por Piacientini. La inmensa plaza que cierra la avenida propone, en el tamaño, las proporciones del Circo Agonal de Plaza Navona y, en la forma, el espacio clásico del Foro.
Los Institutos de Botánica de Giuseppe Capponi, uno de los proyectos más vanguardistas, plena expresión del racionalismo italiano, el de Física de Giuseppe Pagno y la Escuela de Matemáticas de Gio Ponti, con sus curvas ocultadas por la fachada frontal, se encuentran entre los edificios de mayor valor arquitectónico. También hay varios edificios decorados con frescos y estatuas, en los espacios interiores y exteriores, según un programa artístico-decorativo preciso que involucró a varios artistas reconocidos, entre ellos Mario Sironi, autor del gran fresco “Italia entre las artes y ciencias” en el Aula Magna del Rectorado.
Para orientarse por sus más de 40 edificios y abrir sus puertas a estudiantes y visitantes, una Visita Virtual de la universidad está disponible en su web oficial.
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