Simple pero sabrosa, la cocina romana es ideal para un almuerzo con sabores tradicionales, que recuerda los cálidos ambientes familiares del pasado, en nombre de una excelente comida.
¡Aquí está nuestra propuesta para ensayar en la cocina y preparar una comida suculenta, con siete propuestas de verdaderos romanos!
Si el apetito viene con la comida, ¿qué podría ser mejor que un crujiente frito para comenzar? ¿Flores de calabacín o filetes de bacalao? ¡Ambos están para chuparse los dedos! Las flores deben ser muy frescas, y rellenas de mozzarella y anchoas; los filetes se lanzan al aceite hirviendo después de pasarlos por la masa de harina y agua. Inolvidable.
¿Espaguetis o tonnarelli? ¡Los dos valen pero que estén cremosos, sabrosos y al dente! Estamos hablando de espaguetis cacio e pepe o sea con queso y pimienta, una receta simple pero llena de historia, que se prepara en tan solo quince minutos y debe su fama a los excelentes quesos de oveja que se producen en todo el Lacio.
Muy popular y famoso en todo el mundo, es el primer plato que sugerimos como alternativa: a pesar de sus orígenes inciertos, el espagueti carbonara es el plato más representativo de Roma. ¡Exclusivamente basado en productos locales, huevos, tocino y pecorino romano, y nada en absoluto de nata! ¡Excepcional!
¿Qué comida sería sin un buen segundo? La tradición romana siempre ha utilizado sabiamente el quinto corte, es decir, las casquerías y las partes menos valiosas del animal, y de esto nacieron recetas extraordinarias. Le ofrecemos un gran clásico, con un sabor intenso: la coda alla vaccinara o sea el rabo de vaca, buey o ternera, servida con verduras, cuya preparación más rica implica el uso de piñones, pasas y cacao amargo.
No se pueden perder en las mesas romanas: la alcachofa a la "romana" rellena de aromas y con una forma característica de pie, o crujiente "alla giudia", según la antigua receta de la cocina judía-romana. ¡Entre las verduras y hortalizas es la más!
Cerramos en belleza con un postre extraordinario: la tarta de ricotta y visciole (un tipo de cerezas con sabor agrio), basada en un hojaldre relleno de mermelada de cereza agria y ricotta con aroma a sambuca, todo cubierto con un segundo hojaldre.
¡Una rebanada lleva a la otra!
¿Listo para lamerte el bigote?