Iglesia de San Bartolomeo all'Isola

La Iglesia de San Bartolomeo en la Isla tiene más de mil años y se encuentra en la Isla Tiberina, entre el Rione Trastevere y el barrio de los judíos. De hecho, a finales del siglo X, el emperador Otón III quiso construir la iglesia en el lugar donde surgió un antiguo templo dedicado a Esculapio, el dios de la medicina. 

Inicialmente dedicada a San Adalberto, sufrió numerosas obras de restauración entre los siglos XI y XII. 

Tras haber sido completamente destruido por una llena del Tíber en 1557, el edificio sagrado fue reconstruido en el siglo XVII por el arquitecto Orazio Torriani. El exterior presenta una fachada barroca de dos plantas y un pórtico; el interior se compone de tres naves sostenidas por columnas antiguas. En la iglesia están custodiados las reliquias de San Bartolomé Apóstol, cuyo cuerpo descansa en el sarcófago de pórfido rojo bajo el altar mayor, y las de San Adalberto, obispo de Praga, que fue asesinado en el año 997 mientras intentaba evangelizar a las poblaciones paganas del norte de Europa. 

Entre las obras más cautivadores que se encuentran en la iglesia, se destaca la Flagelación de Cristo, una pintura de Antonio Carracci (1589 -1618), sobrino de Annibale.  

La iglesia también es conocida por ser la sede la “Venerable Hermandad de los devotos de Jesucristo en el Calvario y María Santísima de los Dolores”, una congregación fundada por iniciativa de un grupo de fieles en 1760. La cofradía obtuvo el permiso del Papa Pío VI Braschi para crear un cementerio para los hermanos difuntos en el sótano. Durante el entierro, los adeptos llevaban una capa roja con capucha que les valió de apodo popular de Sacconi Rossi (Sacos Rojos). Desde el principio, recuperaron los cuerpos encontrados en el Tíber, cuyos huesos despojados se depositaron en la cripta del convento que luego se convirtió en un cementerio parecido a la más famosa cripta de los capuchinos en la Via Veneto.

Foto: Redazione Turismo Roma