Museo de las Carrozas del Quirinal

En las Escuderías de los Saboya (Scuderie Sabaude), situadas en el complejo del Quirinal, en el gran edificio construido por el arquitecto Antonio Cipolla en 1874 se conservan los ejemplares más representativos de la colección de carrozas.

Las escuderías encargadas por la corte de los Saboya sustituyeron las escuderías construidas por los papas en el siglo XVIII en la plaza del Quirinal, que se habían quedado pequeñas. Se decidió entonces construir un gran edificio con forma de "L" que delimitara todo el límite noroeste del complejo del Quirinal. El nuevo edificio era lo suficientemente amplio como poder contener las escuderías, un pajar, galerías para los aparejos y el vestuario, una rotonda para utilizar como picadero, ciento veintiséis habitaciones para el personal y cocheras para las carrozas. Aun ahora, parte de este edificio acoge la antigua Galería de Aparejos y Libreas, un Gabinete Histórico con las decoraciones más valiosas de la escudería, la oficina del Gran Escudero (el funcionario real que se ocupaba de este importante sector de la vida de la corte) y las carrozas.

Las mayoría de las carrozas que se utilizaban en la corte fueron realizadas a finales del siglo XIX por empresas especializadas. La excepción son cuatro carrozas piamontesas y tres del Gran Ducado de Toscana.

Las cuatro carrozas piamontesas son los elementos más antiguos y preciados de la colección del Quirinal, a menudo utilizados en las ocasiones más importantes de la historia de los Saboya: una carroza de 1789 con la caja barnizada en oro y pintada; una berlina de 1817 llamada de los novios porque se utilizó con ocasión de la boda de Víctor Manuel II; otra berlina de 1817 cuya caja está completamente pintada con las historias del héroe griego Telémaco en busca de su padre, Ulises; la Egipcia, construida para el carnaval de Turín de 1819, pero después, una vez pintados de negro los fondos originales color marfil, utilizada para los solemnes transportes fúnebres de los soberanos Saboya.

También datan de principios del siglo XIX, en concreto a los años 1821-22, las tres carrozas procedentes del Gran Ducado de Toscana, más sencillas y sobrias respecto a la extraordinaria fastuosidad y originalidad de los cuatro espléndidos ejemplares piamonteses.

Entre las 105 carrozas de la colección del Quirinal, vale la pena recordar también algunas berlinas de gala y gran gala realizadas en Milán para Víctor Manuel II, carrozas cubiertas o descubiertas destinadas al servicio privado del rey o de los funcionarios de la corte, coches para el campo, cochecitos para niños, calesines de pony y una pequeña berlina en estilo rococó donada al príncipe de Nápoles niño, el futuro Víctor Manuel III.