El Palazzo Venezia

Se conoce también como Palazzo Barbo y su ubicación es entre la Piazza Venezia y la Via del Plebiscito,  se considera la mejor obra civil realizada en la Roma del siglo XV.

Atribuida a Francesco del Borgo, que trabajaba en Roma en calidad de arquitecto de la corte papal, el edificio se construyó en el período comprendido entre 1455 y 1468 gracias al Cardenal veneciano Pietro Barbo, que era el responsable de la vecina Basílica de San Marco y que se convertiría en el futuro Papa Pablo II (1464-1471), pasando a ser la vivienda de los cardenales de San Marco y, más adelante, la residencia papal.

Su aspecto es intencionadamente severo, y cuenta con tres órdenes de ventanas, con almenas sobre la cornisa y también una imponente torre. Se utilizó para su construcción, siguiendo el modelo de la época, el travertino del Colosseo y del Teatro de Marcelo, y el Cardenal Lorenzo Cybo extendió el edificio hasta su aspecto actual. Así, en 1564, el Papa Pío IV Medici concedió parte del Palacio a la República de Venecia (y de ahí su nombre), y esta última albergó en él su Embajada hasta el año 1797. Luego del interludio napoleónico, desde 1814 hasta 1916 acogió la delegación diplomática austro-húngara y, entre 1909 y 1911, la sección conocida como Palazzetto San Marco se demolió, para posibilitar la visibilidad del Vittoriano desde la Via del Corso, y fue reconstruida en su actual posición en la Piazza San Marco. Del año 1929 hasta el 1943 el Palazzo Venezia será la sede de la Jefatura del Gobierno y del Gran Consejo del Fascismo.

Hoy en día, el Palazzo es la sede del Museo Nacional de Palazzo Venezia y del Instituto Nacional de Arqueología e Historia del Arte (INASA), dotado de una nutrida biblioteca de arqueología e historia del arte.