El monumento en honor a Giuseppe Gioachino Belli

“Nun fuss’antro pe ttante antichità
bisognerebbe nassce tutti cquì,
perché a la robba che cciavemo cquà
c’è, sor friccica mio, poco da dí”
Giuseppe Gioachino Belli

“Si sólo fuera por las muchas antiguedades, que deberíamos nacer todos aquí, porque, hay poco que decir a las maravillas que tenemos aquí” así escribió el gran poeta romano Giuseppe Gioachino Belli a "Roma capomunni" (capital mundial), la Ciudad que le homenajeó con la fuente-monumento colocada en la plaza homónima, en el centro en Trastevere, el Rione que representa la Roma más genuina. 

Una obra obtenida por una suscripción popular lanzada por Domenico Gnoli, Ferdinando Martini y Leone Caetani. Así, los tres literatos formularon en 1910 al que entonces era alcalde, Ernesto Nathan, la intención de celebrar con un monumento al intérprete más relevante del alma popular de la ciudad, y solicitaron la adjudicación del espacio que entonces se conocía como "Piazza Italia". 

La fuente-monumento, realizada por el escultor siciliano Michele Tripisciano, que ganó el concurso publicado en 1911, fue presentada e inaugurada en mayo de 1913, para celebrar el 50º aniversario de la muerte del poeta. La escultura se coloca por encima de un alto soporte, que lleva, en su base, algunos relieves donde figuran la personificación del Tíber, la Loba y los Gemelos, y, por detrás, un núcleo de plebeyos dispuestos en torno a la conocida estatua hablante de "Pasquino". Una grabación dice: "A su poeta G.G. Belli el pueblo de Roma MCMXIII". 

El poeta está representado con sombrero de copa y bastón de paseo, con la mano derecha apoyada en una reconstrucción del parapeto del Puente Fabricio, reconocible por la presencia de una típica escultura de cuatro caras. 
En cada lado del monumento aparecen dos pequeñas fuentes gemelas, subidas por tres escalones. Formadas por pilas de mármol con bordes perfilados, que reciben el agua por medio de dos mascarones que símbolizan la "Poesía" y la "Sátira", y que reposan sobre un estante y en el espacio central de dos voluminosas volutas. 

Curiosidad: en su origen, el bastón de paseo fue un verdadero bastón de madera. Habiendo sido repetidamente sustraído por los " buscadores de recuerdos " y reemplazado constantemente por auténticos bastones, en la actualidad ha sido realizado en hierro tratado con tinta negra para imitar el ébano. 

Foto: Redazione Turismo Roma