El Acquedotto traiano fue construido a instancias del emperador Trajano en el 109 d.C., transportando el agua de los manantiales cerca de Vicarello en el lago de Bracciano, para abastecer Trastevere, la única área aún sin agua corriente.
Con más de 50 km, el acueducto llegaba a Roma después de un recorrido en gran parte subterráneo a través de la Via Clodia y Trionfale y luego por unos arcos a lo largo de la Via Aurelia, hasta llegar a la colina del Janículo. En las inmediaciones de Porta San Pancrazio, donde se encontraba el castillo terminal de las aguas, se han encontrado decenas de fistulae acquariae, o sea, tuberías de agua.
Tras la caída del Imperio Romano, el conducto fue interrumpido y restaurado varias veces, hasta su abandono en torno al siglo IX. En 1612 el acueducto tomó el nombre de Acqua Paola, del Papa Pablo V, quien amplió y transformó el ahora ruinoso trazado y al final del cual erigió la fuente monumental del Janículo.
Algunos tramos del acueducto siguen siendo visibles a lo largo de la Via Aurelia, tanto por la villa Pamphilj como más allá de la Via Leone XIII.
Foto: Sovrintendenza Archeologica di Roma
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