En el primer catálogo de la colección, publicado en 1893, Barracco expone los criterios que guiaron la formación de su colección: “he constatado que ya no era posible estudiar a fondo el arte griego sin tener en cuenta las corrientes de arte más antiguas (Egipto y Asia) que dieron el primer impulso al arte griego. Por tanto, he introducido en mi colección algún ejemplar instructivo de escultura egipcia, asiria y chipriota. Aprovechando las circunstancias favorables, he podido formar un pequeño museo de escultura antigua y comparada. Con la excepción de algunas lagunas, que espero sanar pronto, las escuelas más importantes de la antigüedad se encuentran representadas de manera conveniente: el arte egipcio en todas sus fases principales, desde la época de las pirámides hasta el momento en el que la tierra de los faraones pierde su independencia; el arte asirio en sus dos épocas: la de Assur-nazir-habal y la de la dinastía de Sargón. Por lo que se refiere a la época arcaica, las grandes escuelas del siglo V y del VI, y después la época helenística, están representadas con piezas notables. Lo mismo para Etruria. Se ha reservado un pequeño espacio a la escultura de Palmira que puede considerarse como uno de los últimos reflejos del arte clásico”.
Para la realización de su ambicioso proyecto, Barracco se valió principalmente de la colaboración de dos de los expertos más acreditados de arte antiguo de la época: Wolfgang Helbig, segundo secretario del prestigioso Instituto Arqueológico Alemán, que luego se retiró a la vida privada en la esplendida Villa Lante del Janículo, desde donde participaba activamente en la vida del animado ambiente de antigüedades romano; y también Ludwig Pollak, que, después de un brillante curso de estudios arqueológicos en Viena, se había trasladado a Roma para convertirse pronto en un protagonista de la vida cultural de la ciudad, sobre todo en el ámbito del comercio de antigüedades. Pollak, cuyos intereses iban del arte clásico al moderno, se convirtió en poco tiempo en un amigo íntimo y un valioso asesor para las compras artísticas.
La colección, sabiamente recogida para formar un “museo de la escultura antigua comparada”, incluye obras de arte egipcio, asirio, fenicio, chipriota, etrusco, griego y romano, e incluso algún ejemplar de arte medieval. Por lo que se refiere al arte egipcio, al que Barracco dedicó la mayor atención, la colección incluye notables fragmentos de escultura funeraria, sobre todo de las primeras dinastías. Junto a estas obras, compradas en el mercado internacional, enriquecen la colección importantes ejemplares surgidos en las excavaciones del siglo XIX y de principios del siglo XX en varios lugares italianos: signo de la penetración de la cultura egipcia en Italia ya en época romana. Resulta espléndida la esfinge de una reina de la XVIII dinastía (1479-1425 a.C.), encontrada en Roma en el santuario de Isis del Campo Marzio, pero también es de gran importancia la cabeza del faraón Seti I (XIX dinastía, 1289-1278 a.C.), reutilizada como material de construcción en el castillo Savelli de Grottaferrata. El arte asirio está representado por una importante serie de relieves con escenas de guerra, de deportación de los prisioneros y de caza, procedentes de los edificios reales de Nínive, Nimrud y Khorsabad, en la Mesopotamia septentrional. Los relieves, que datan de entre el siglo IX y el VII a.C., hacen referencia a los mayores soberanos del Imperio neo-asirio. Resulta especialmente significativo el fragmento que reproduce la figura de un genio alado arrodillado, elemento típico del lenguaje mítico-simbólico del arte asirio, que se puede atribuir al reino de Assurnasirpal II (883-859 a.C.) y procede de Nimrud. Un sector especialmente interesante del museo recoge ejemplares de arte chipriota, identificado como elemento de mediación entre el mundo oriental y el griego. Figuras de divinidades, como el típico Herakles-Melquardt (siglo V a.C., contaminación entre el mundo griego y el fenicio), imágenes de oferentes y hasta un pequeño carro-juguete hallado en una tumba ofrecen un panorama único, entre los museo romanos, del arte de Chipre. Además de algunos restos etruscos importantes, son las esculturas griegas las que están cuentan con mayor representación en el Museo. Empezando por importantes ejemplares de arte arcaico realizados tanto en Grecia como en las colonias occidentales, se ofrecen ejemplos muy notables de las mayores escuelas artísticas de la Grecia clásica: copias de altísimo nivel de originales de Mirón, Fidias, Policleto, Lisipo ilustran algunas de las obras maestras más celebradas de la escultura griega del siglo V y IV a.C. Se reserva un lugar de gran importancia a los originales griegos, especialmente numerosos respecto a una colección relativamente pequeña. Una serie de obras de arte helenístico nos acompañan hacia las formas expresivas más características del arte romano: están presentes algunos retratos, el fragmento de un importante relieve histórico, una gran cabeza de Marte de un monumento público y algunas estelas funerarias procedentes de Palmira, en Siria. Dos baldosas de la catedral de Sorrento (X-XI siglo) y un fragmento del mosaico del ábside de la San Pedro medieval (XII-XIII siglo) cierran el recorrido de la exposición: “Es aquí donde se detiene mi colección, a varios miles de años de su punto de partida, que se remonta a las primeras dinastías de los reyes de Egipto”.
Giovanni Barracco, barón calabrés de antigua nobleza, octavo de doce hijos y miembro del Parlamento de la Italia unida durante más de cincuenta años, dedicó su vida a componer este sugestivo panorama de la escultura antigua. Donó la prestigiosa colección, que cuenta con 400 obras, al Ayuntamiento de Roma en 1902, junto con el edificio que hizo construir para que la acogiera. Razones urbanísticas llevaron, en 1938, a la demolición del Museo diseñado por Gaetano Koch entre corso Vittorio Emanuele y el Lungotevere. Sólo en 1948 la colección de esculturas fue colocada en la sede actual de Palazzo Regis, conocido como “Farnesina ai Baullari”, elegante arquitectura del siglo XVI atribuida a Antonio da Sangallo y que data de 1523. En los años 90 del siglo XX se realizó una completa reorganización de la instalación del Museo, estudiando la distribución de las esculturas en las salas según la civilización de pertenencia y ambientando la recogida en los espacios como si se tratara de una casa privada: elegantes bases de hierro y caoba y escaparates luminosos y espaciosos para las obras más pequeñas. El resultado es un museo pequeño y acogedor de gran elegancia y extremadamente apasionante che recibe al visitante y lo acompaña por el viaje entre las civilizaciones del Mediterráneo, tal y como Barracco lo había diseñado.
Plaza Navona y Campo de' Fiori
Casa romana bajo el Museo de Escultura Antigua Giovanni Barracco
Museo di Roma – Palazzo Braschi
Informaciones
Tuesday through Sunday 10.00 - 18.00
Last admission half an hour before closing
24 and 31 December 9.00 - 14.00
Closed
Monday, 1 May and 25 December
The Li-Fi project in the museum is accessible from Tuesday to Sunday from 10.00 to 18.00 (last entry half an hour before closing time), closed on Mondays. LiFi Zone" app
Casa Romana temporarily closed
For updates and guidelines please check the >official website
Entrance for the disabled
For further information please consult the page Disabled people Access
ALWAYS CHECK the WARNINGS PAGE before planning your visit in the museum
Locations
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